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En la diana

Reforma y sostenibilidad deuda pública

Primer Tiro

El espacio para una reforma tributaria que aumente los ingresos públicos en la cuantía necesaria para reducir el déficit del sector público y mejorar la sostenibilidad de la deuda pública consolidada debe calcularse tomando en cuenta que no se obtendrían los efectos esperados si la misma no va acompañada de otras dos: una reforma monetaria que saque la deuda pública del pasivo del Banco Central y elimine el déficit cuasi fiscal, y una reforma eléctrica que coloque las pérdidas y los subsidios a la tarifa en una trayectoria descendente hasta eliminarla en un plazo de diez años. Eliminados los subsidios eléctricos y las transferencias al Banco Central, con un gasto publico primario en la frontera del 18% del PIB, el superávit fiscal necesario para asegurar permanentemente la sostenibilidad de la deuda pública requeriría de una presión tributaria en la frontera del 22% del PIB. Alcanzar esa condición debería ser el objetivo principal de la reforma tributaria, y de las otras reformas y programas orientados a aumentar la eficiencia y eficacia del sector público.

Segundo Tiro

Aumentar los ingresos fiscales, manteniendo las tasas impositivas actuales y reduciendo los anticipos, son objetivos que se podrían lograr si se elimina todo el gasto tributario que es eliminable, sin causar descontento social y sin disminuir la competitividad empresarial, e introduciendo las figuras impositivas anti evasión que cada vez se hacen mas necesarias. Pero hay que tomar en cuenta que, en términos de la consolidación de los balances contables, la deuda cuasi fiscal tiene el mismo valor que la deuda del sector público no financiero. Resolver el problema de esta deuda es tan sencillo como una reforma que haga posible un simple registro contable: El Banco Central traspasa el balance de sus valores en circulación con vencimiento a más de un año al Gobierno Central, contra el monto equivalente de sus cuentas por recibir por parte del mismo, registrando el Ministerio de Hacienda dicha cifra como parte de la deuda del Gobierno General, pasando luego a ejecutar la necesaria unificación del mercado de deuda pública, operando el Banco Central con sus propios títulos de corto plazo, dejando al Ministerio de Hacienda en el mercado del largo plazo.

Tercer Tiro

La reforma monetaria que haga posible el registro contable anterior debe ser simultánea a la reforma fiscal. Pero habría otro elemento adicional si se quiere tener una tripleta ganadora: La refor¬ma eléctrica y la reforma fiscal deben también iniciarse al mismo tiem-po, ya que una condición nece¬saria para el éxito de la segunda es la minimización de las perdi¬das de las EDEs que se produci¬ría con la primera. No existe la posibilidad de eje¬cutar una reforma fiscal que produzca ingresos suficien¬tes para alcanzar la sosteni¬bilidad de la deuda pública y continuar financiando las insostenibles perdidas de las EDEs, y cubriendo el subsidio eléctrico. Las transferencias corrientes desde el Gobierno hacia el sector eléctrico tienen dos grandes componentes: El subsidio tarifario, que se pro¬duce cuando se cobra un pre¬cio por debajo de su costo, y el financiamiento del déficit de las EDEs, que se produce por la incapacidad de estas de co¬brar a todo el que usa el servi¬cio eléctrico. La tripleta de reformas debe plantearse eliminar el segundo en el plazo señalado en el primer tiro.