Las EDEs y su contraste con CEPM
En estos días el Ministro de Energía señalaba que, dado su deterioro, “EDEESTE ya no aguantaba más” y que era imprescindible la introducción de gestión privada en la administración de las EDEs. Abogaba por la contratación de una firma “desvinculada de la política que pueda contratar el personal técnico, gerencial y legal capaz”. Agregando que “en solo cuatro años no se pueden solucionar los problemas de las distribuidoras”.
Ciertamente, la solución a los problemas financieros y de gestión de las EDEs requiere tiempo, planificación y dirección gerencial desvinculada de la política. Algo que ha estado ausente durante tres años. Por eso el marcado deterioro de sus índices de desempeño (pérdidas de +40%). Por suerte, la designación de Celso Marranzini como presidente del Consejo Unificado evidencia un cambio de rumbo en su conducción.
Sin embargo, una decisión desacertada desde su concepción primigenia, de eliminar la restricción de la demanda (85%) en un escenario de altas perdidas de energía y suplir el 98% ha contribuido también a ese deterioro del Índice de Recuperación de Efectivo (CRI) y al agravamiento de la situación.
Esa política de demanda inducida, regalo de la energía a sectores que no la pagan, ha provocado un astronómico y anómalo crecimiento de la demanda eléctrica (10% vs. 2%) que ha generado a su vez un aumento de los gastos operacionales –mientras más energía se suple más se pierde- que tienen que ser solventados con subsidios presupuestarios y un aumento de las necesidades de capital de inversión para sustitución o repotenciación de la infraestructura de distribución –subestaciones, transformadores, interruptores, seccionadores, etc.
Siendo este uno de los obstáculos en los planes de recuperación de las EDEs que está ejecutando el nuevo Consejo Unificado, puesto que el gobierno administra recursos escasos que deben ser priorizados. Invertidos no regalados. Obviamente, sin una política de precios que refleje los costos reales (precios por debajo del costo de compra de energía para un amplio segmento de la población y precio cero a usuarios, no clientes de las EDEs, que no pagan la electricidad que consumen) no hay incentivos para el ahorro ni el consumo racional.
Ahora bien, ¿a que debiéramos aspirar los dominicanos en cuanto al servicio eléctrico de distribución? A un suministro eléctrico con alto nivel de calidad de servicio que sea autosustentable financieramente. Es el caso, por ejemplo, del Consorcio Energético Punta Cana Macao (CEPM), que opera en la zona este del país supliendo una extensa franja geográfica, bajo estándares de calidad de servicio de clase mundial.
Esta concesionaria, a diferencia de las EDEs mantiene niveles totales de pérdida de energía de 5.53% con un nivel de cobrabilidad del 100%. A todo el mundo se le factura, pero al mismo tiempo se le cobra por la energía consumida. Lo que debiera ser el objetivo fundamental de nuestras EDEs, las cuales tienen pérdidas superiores al 36% -robo, hurto, conexiones ilegales, regalo de energía, etc. Pero del 64% que precariamente facturan, solo cobran alrededor del 94%. Por eso, sus niveles de pérdidas son casi 9 veces superiores a CEPM.
Este deplorable desempeño financiero forma parte consustancial del déficit del sector eléctrico, al cual se suma el subsidio tarifario establecido a través del Fondo de Estabilización de la Tarifa (FET). Por tal motivo, empresas que operan en tan precarias condiciones no disponen de recursos para la inversión de capital que demanda su extraordinario e inducido crecimiento de la demanda, tal como señaláramos anteriormente.
En este sentido, los niveles de calidad de servicio de los clientes –no existen “usuarios”- de esta concesionaria criolla, CEPM, no son siquiera comparables con los de las EDEs. En efecto, mientras la frecuencia de interrupciones (SAIFI) de CEPM es 4.15 en las EDEs es de 26.7 EDN, 14.63 EDS y 15.84 EDE, por igual, el promedio de duración de las interrupciones (SAIDI) es de 2.92 horas en CEPM -la regulación establece 520 horas- mientras que en las EDEs asciende a 7.81 horas/mes EDN, 8.85 hrs/mes EDS y 9.98 hrs/mes EDE, según datos SIE abril 2024.
Muestra palpable de que si es posible gestionar eficientemente las distribuidoras. Pero para eso se requiere inversión en tecnología de punta para monitorear y gestionar en tiempo real la provisión del servicio; planes de corto, mediano y largo plazo que conviertan los usuarios en clientes de las distribuidoras y fomenten políticas de ahorro y conservación de energía; una política de eficientización y racionalización de los recursos, destinándolos, en el corto plazo, a los proyectos de mayor rentabilidad financiera, de reducción de pérdidas.
Y por supuesto, una agresiva política de cobros como la que se ha visto implementar en EDEste con los 227 clientes con deuda superior a los RD$660 millones, que debe ser acompañada de un adecuado plan de gestión de demanda que incentive la conversión de los usuarios en clientes.