Desde mi pluma

Representantes de la nada

Tengo la firme convicción de que el machismo y los pensamientos retrógradas tienen una gran parte de la responsabilidad por los niveles de violencia general y violencia hacia la mujer que, lamentablemente, exhibe nuestro país. Da vergüenza y causa horror cuando ese machismo se observa tan arraigado en el cerebro de los que nos “representan”.

Esta semana, el “honorable" diputado Eugenio Cedeño emitió unas desafortunadas declaraciones donde daba a entender que para él no existe el consentimiento sexual dentro del matrimonio ni importa la opinión de la mujer cuando de embarazos se trate.. “Aunque ella no quiera, es mi mujer”, dijo.

Poco bastó para que saliera a relucir lo que realmente pensaba al respecto. Poco valió su intento por retractarse. Lo que expresó de manera pública provocó una vorágine de comentarios en contra, pero también a favor. Porque sí, aunque sea inverosímil pensarlo, en pleno siglo XXI, son muchos los dominicanos que así lo creen.

Este es el tipo de comentarios que perpetúa los patrones de maltrato, la sumisión y el abuso dentro de las relaciones de pareja, que perpetúa esa masculinidad tóxica que tantas vidas ha lacerado y tanto sufrimiento ha dejado. Es el tipo de comentarios que normaliza la cosificación de los individuos y contra los que urgentemente debemos luchar con educación,

Al señor legislador sólo resta aclararle que la mujer dominicana no se siente ni se sentirá jamás representada por un ser humano que la degrada a un objeto cualquiera, que anula sus derechos, que vulnera sus emociones, que influye tan negativamente con sus posiciones en el resto de la sociedad.

Una vez más, queda demostrado que debemos ser más selectivos, más críticos, más demandantes con las personas a las que, con nuestro voto, le otorgamos poder de decisión, pues las consecuencias de no hacerlo con conciencia, pueden ser irremediables.

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