AGENDA SOCIAL

La cohesión social como política pública

El ejemplo que nos brinda un continente tan diverso y rico en historia como Europa es importante para el futuro de los países latinoamericanos. Al leer sobre la situación política, económica y social de muchos países de Europa, no queda más que valorar la cohesión social, no solo como un objetivo deseable, sino como una necesidad imperiosa para asegurar la estabilidad y el bienestar de los ciudadanos. A medida que Europa navega por las aguas turbulentas de los desafíos contemporáneos, desde la migración hasta el cambio climático, el auge del nacionalismo y los extremos, las consecuencias de la pandemia de COVID-19, la capacidad de sus sociedades para mantenerse unidas se convierte en un pilar esencial para mantener el éxito hacia el futuro cercano.

Porque Europa como un mosaico de culturas, lenguas y tradiciones, es un anuncio anticipado del efecto de la globalización, las migraciones y la integración de la comunidad internacional, con sus virtudes y defectos . La diversidad, a la vez que constituye una gran riqueza, también plantea retos significativos para la cohesión social. En el caso de Europa, las diferencias económicas entre los Estados miembros, la creciente polarización política y los movimientos migratorios han puesto a prueba la capacidad de Europa para mantener la unidad en la diversidad.

El flujo de migrantes y refugiados en la última década ha sido uno de los mayores desafíos para la cohesión social europea. Este fenómeno que ha generado tensiones en varios países, alimentando discursos xenófobos y nacionalistas, también comienza a observarse en América Latina. Y la única respuesta a esa realidad se sustenta en valores fundamentales como la solidaridad, respeto a los derechos humanos y dignidad.

De ahí que tengamos que plantearnos la necesidad de promover la cohesión social como una política pública, es la única forma de reducir las disparidades económicas y sociales que subyacen en la sociedad, mediante la implementación de herramientas enfocadas en la inclusión social, el empleo y el desarrollo económico sostenible.

Además, la inversión en sistemas educativos inclusivos que promuevan el entendimiento cultural y generacional, así como la igualdad de oportunidades, son materia esencial para formar ciudadanos comprometidos y conscientes de la diversidad social.

Viendo la experiencia europea, queda claro que la cohesión social es el único cimiento sobre el cual se construye un proyecto de paz e igualdad en cada región del planeta. Es un principio que debe guiar nuestras políticas y nuestras acciones, asegurando que todos los ciudadanos puedan disfrutar de los beneficios del progreso y la prosperidad. Si no lo hacemos, le abrimos espacio a la guerra y el conflicto, a las desavenencias y los pesares.