La internet en el país, ¿alcanzó su techo?
Los especialistas lo vienen advirtiendo desde hace unos años: preparémonos para una reducción y estabilidad de conexiones de la gente a Internet.
Esto, que parece poco significativo, está adquiriendo visos de importancia para sectores que han estructurado y anclado su desempeño a esta red.
De hecho, en las actividades que participamos —comunicaciones, cultura, política y salud—, serias advertencias se expresan al respecto. Cuando escuchamos las primeras alarmas, pusimos en duda que eso pudiera ocurrir hasta que ingresamos a las mediciones del espectro de las comunicaciones electromagnéticas que realiza el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel). Allí pudimos verificar, con las estadísticas sucesivas desde el 2020, el progresivo zigzagueo de las tendencias de consumo de Internet en la población dominicana. Un sutil sube y baja.
En los años que sucedieron a la crisis mundial causada por la pandemia de la Covid-19, los investigadores del mercado de las comunicaciones y —en nuestro caso y perfil— del consumo de arte, reportaron que el crecimiento de transacciones por la vía del ciberespacio o electrónicas habían empezado a desacelerar tan pronto la gente pudo, nuevamente, abandonar el confinamiento impuesto como medida de prevención colectiva desde —en nuestro país—marzo del 2020.
Durante el confinamiento, el consumo a través de Internet se disparó y se hablaba de que la “Nueva Normalidad” traería un vínculo más intenso y estrecho con la gente y que reorganizaría de muchas formas los mercados. Sin embargo, la tendencia cayó desde que la gente, como dijimos, pudo salir de sus hogares. El mundo empezó a recuperar, poco a poco, la confianza y las reuniones regresaron a su condición de modo regular y predominante de interactuar entre personas. Aunque las reuniones y hasta las docencias virtuales continúan abriéndose paso, las horas en Internet reducen por doquier y las personas adultas lo usan menos.
La tendencia dibujaba un panorama halagüeño ya que la penetración de la Internet en Estados Unidos pasó del 43.08% en el 2000, al 75% en el 2015, según el Banco Mundial. Es decir que, interanual, la penetración de Internet en esa nación había crecido a ritmo promedio de 2.13%. Sin embargo, cubriendo el 86% de la población en el año 2016, esa penetración pudo llegar hasta el 92% en el 2021, con todo y pandemia, variando positivamente 1.2% como promedio anual en esos últimos 5 años, permitiendo notar que la intensidad del avance empezó a ralentizar, desacelerándose -1% interanual respecto a aquellos niveles.
Tenía pendiente este tema, para señalar el impacto que esta situación puede tener en quienes estructuran bienes y servicios para las modalidades de comunicación cifradas en esa red, cuyos beneficios en el plano de la educación y la telemedicina han sido sobredimensionados como empiezan a reportar estudios e investigaciones realizados por importantes “journals” europeos y estadounidenses, especialmente en el caso de la Inteligencia Artificial.
Sin embargo, el tema recobró importancia al retomar el Informe del desempeño de la economía nacional durante el primer trimestre del 2024 del BanCentral. En su página 23 informa que del 2023 al 2024 el volumen de servicios de Internet en el país cayó de 8.2% a 5.0%.