PUNTO DE MIRA
Demandas de haitianos podrían generar conflicto
En el horizonte dominicano se atisba una confrontación física entre dominicanos y extranjeros porque hay una penetración constante que subrepticiamente va inclinando la balanza entre los demandantes y los beneficiarios de los servicios públicos.
Entre los ciudadanos se va haciendo verdad la versión que los haitianos tienen privilegios en escuelas y hospitales públicos y es prudente que las autoridades adopten medidas que puedan resolver la situación de confrontación que se incuba calladamente, aunque hay atisbos peligrosos.
La semana pasada hubo un conato de protesta de dominicanos en queja porque que la mayoría de los pacientes, y ser los primeros en ser atendidos en hospitales públicos, eran los haitianos y esto no ha sido desmentido por la autoridad, muy por el contrario, se asegura que el gobierno destina más de 8 mil millones de pesos para los ciudadanos del vecino país que demandan servicios gratuitos de salud.
También en las escuelas públicas se asegura que muchos niños dominicanos se quedan fuera del sistema educativo por falta de cupo pero que no ocurre así con los niños haitianos, esta podría ser una falsa impresión pero que no ha sido desmentida.
La callada penetración de haitianos ilegales está en las narices de las autoridades, pero se obvia la adopción de medidas que resuelvan de raíz la situación creyendo que el tiempo será la solución.
Sin embargo, la ira con que los dominicanos protestaban en hospitales públicos no es buen augurio.
Además, se puede afirmar que esos niños que nacen en hospitales públicos, más temprano que tarde, van a reclamar la nacionalidad dominicana porque son endebles las medidas de protección de la nacionalidad. El soborno, la gestión política de cabilderos y la presión internacional asechan como buitres.
Es cierto que hay congestión en los servicios de salud porque ha decaído en eficiencia y a esto se suma que hay un aumento inusitado de demandantes adultos que fuera de censo emergen en reclamo de atención. El caso más dramático se registra en la creciente cantidad de parturientas haitianas que refleja un negocio de importación de vientres o que son más las nativas de ese país que viven en condición clandestina. Esas mujeres que vienen a parir no retornan a su país y sus hijos relaman atención médica y educativa.
No sé si a los recién nacidos les toman huellas digitales para la posterior confección de sus documentos porque una vez se habló de dotarlos de número de cédula al nacer, pero esto podría ayudar a aclarar las cosas en lo futuro.
Para mi la futura frontera se desdibuja y ni siquiera la construcción de hospitales en Haití lo veo como solución porque la complicidad es grande y la inercia ante el problema es mayor.
No obstante, lo que temo en que la abulia ante el problema de demanda de servicios públicos entre haitianos y dominicanos pueda estallar en cualquier momento porque una población agobiada puede reaccionar violentamente.
Quizá un método provisional podría ser otorgar turnos por separado a los diferentes nacionales u horas de atención distintas para las consultas. Hay que evitar que esto se convierta en un problema y que degenere en conflicto. Las autoridades de salud y educación están convocadas.