Desde mi pluma

Cuando es demasiado

La gente está saturada de tanta violencia. Ciertamente, resulta una incongruencia de mi parte dedicarle estas líneas al tema cuando siento lo mismo, pero especialmente esta semana, ¿cómo ignorar tanta tragedia, tanto abuso, tanta muerte?

Los últimos dias son un testimonio férreo de la situación tan crítica en la que nos encontramos como sociedad y país. Los suicidios, feminicidios, asesinatos y las agresiones sexuales suben frente a nuestros ojos como simples cifras, haciendo crecer con ellas una estela de familias rotas, de traumas, de inseguridad, desasosiegos y muchísima inestabilidad mental.

Hemos hecho de la violencia parte de nuestro día a día en todos los aspectos, incluso al hablar, hemos perdido la capacidad de asombro ante tanta atrocidad, nos hemos acostumbrado a enterarnos de estas noticias y a pasar el trago amargo de la siguiente como si no fuera grave.

Y da tanto miedo eso, casi tanto como el hecho de que no le encontremos un freno. Estoy segura de que nadie quiere seguir siendo testigos de tantos horrores ni quiere que sus hijos crezcan en una sociedad con tan desalentador escenario.

Hace falta amor, valores, cuidado y educación, no solo en las aulas, sino en nuestros hogares y espacios públicos, debe enfocarse en cultivar el respeto por la vida.

Lo que ocurre en nuestra nación casi a diario es alarmante, es un verdadero problema que solo dando y recibiendo apoyo psicológico, endureciendo nuestras leyes, fortaleciendo el accionar de la justicia y rompiendo patrones tóxicos y autodestructivos podremos comenzar a remediar. 

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