Ideando

El abuelo

Cuando los primeros rayos del sol empezaban a filtrarse por las anchas hojas de los cacaotales y el amanecer estiraba sus primeros bostezos, hacía rato que el abuelo había colado café en el rancho, alimentado los animales y preparado el desayuno en el conuco.

A veces llegaba tan temprano, que era preciso recostarse en la improvisada cama de yaguas a esperar el amanecer.

Allí, el abuelo cultivaba cacao y víveres, las frutas se daban silvestres y los huevos de gallina aparecían dondequiera.

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