Pensando

Corrupción impúdica

La lucha contra la corrupción y la impunidad es un deber de los ciudadanos comprometidos con la sociedad, pero hay que señalar puntualmente que el poder judicial y legislativo en nuestro país ha sido manipulado consuetudinariamente por los líderes políticos que han influido subrepticiamente, democratizando la perpetuidad en el poder. Mediante los hechos, aquí todos sabemos quiénes tienen credibilidad pública para sumarse a esta lucha, quiénes han desfilado de multicolores con una deuda social, quiénes no se han parado a luchar contra el contrabando, el narcotráfico, el chantaje, la extorsión, la delincuencia de cuello blanco, el tráfico de blancas; y actualmente, los corruptores en materia de género. Es más fácil volcar esta lucha en el ámbito partidista pasando “el borrón y cuenta nueva” y capitalizando políticamente lo que coyunturalmente les favorece en sus aspiraciones de alcanzar el poder. Llegará el momento de depurar las obras de los que, desde el sector público y privado, han manejado con el perfil delictivo sus acciones comerciales y administrativas, para lograr un enriquecimiento ilícito en detrimento de la calidad de vida de los contribuyentes. Valoremos a las familias que han levantado a sus hijos en base a honestidad y trabajo digno. Es obligación que todos, con respeto, conquistemos nuestras reivindicaciones, apoyados en el sentimiento nacional. La solución es urgente, descalificando a los traficantes de la información y a los indolentes, que con su traición han vendido los valores que nos dieron nuestra nacionalidad. Lamentablemente se recurrirá nueva vez a una reforma fiscal, para corregir los daños que otros causaron.