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Asaltos a bancos: ¿guerra delictual declarada al país?

Pareciera que existen infractores deseando que —y actuando para que— la sociedad considere que poseen recursos y capacidades suficientes para declarar una guerra sin cuartel a la convivencia pacífica y a la gobernanza nacionales; poner en vilo a la ciudadanía; echando a tierra las afirmaciones que sobre la delincuencia presentan las autoridades.

Mientras en la Región y desde 2015, según Giorgio Trettanero, secretario general de la Asociación Latinoamericana de Bancos, los asaltos a “mano armada” a estas instituciones fueron sustituidos, en 98.5%, por riesgos “informáticos y digitales”, en nuestro lar este delito intenta reemerger después que el pasado lunes 03 de junio, 2024, una sucursal del Banco Popular fuera robada —la segunda en diez días— por individuos armados, camuflados con pasamontes y barba falsa, protegidos con chalecos antibalas.

El primer mensaje construido intencionalmente por esos bandidos sería una proclama subliminal de vínculos con las fuerzas del orden y militares, surgida como respuesta a ¿De dónde obtienen esas armas del asalto y el camuflaje de evidente procedencia militar?

Ese día, pocas horas después de esa felonía, al comparecer en LaSemanal, el Presidente Abinader reiteraba los resultados de la lucha de su gobierno contra la delincuencia: Desplegamos 2000 efectivos en la frontera, reafirmó, y otros 1000 policías. Otros están en proceso de ser incorporados, y resaltó: cursaron o cursan una formación de 6 meses de educación y otros de entrenamiento, como nunca antes. Por la tecnificación, capacidad logística y equipamiento alcanzados —recalcó—, muestra Policía de hoy difiere completamente de la que encontró en 2020.

Lo inmediato, sin embargo, es disuadir las intensiones que incitarían a la comisión de delitos tales: recurriendo a y activando todos los recursos que la exclusividad y monopolio al uso de la violencia y la represión la Constitución y las leyes confieren al Estado en toda forma de gobierno.

Hay que exhalar porque no hubo pérdidas de vidas ni clientes y servidores del Banco Popular lesiones durante el atraco.

Sin embargo, esto no minimiza que ante cualquier “quítame esta paja” se hubiese desatado allí un intercambio de ráfagas de imprevisibles consecuencias.

Nuestras autoridades están ante la oportunidad de escuchar a expertos, incluyendo ex responsables de PN, sin importar banderías; a los militares de carrera calificados para señalar, indicar o sugerir que bandas integradas por dominicanos, haitianos, colombianos y posibles mexicanos estén involucradas en los asaltos a bancos y otros delitos que se están registrando en el país. Después de delinquir, ¿esos malhechores permanecen en el territorio nacional?

¿Competencias intramilitares? ¿Revancha del personeros del narcotráfico por la a reducción del oxígeno e ingresos a sus enviados o responsables de operar el bajo mundo?

Aristas probables. Incluyendo la teoría de una “policía de inteligencia delictiva predictiva”. ¿Los apartidistas exdirectores de la PN, de carrera e intachable trayectoria, pueden ser asesores advitam de esa Fuerza?

Los asaltos a bancos ponen en gran riesgo a gente laboriosa, emprendedora y al ciudadano común. No pueden ser, bajo argumento alguno, tolerados. El compromiso primario de militares y policías es con el orden y la seguridad.

Según Émile Durkheim: la anomia es resentimiento social autocomplacientes dispuesto a matar y destruir.