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Partidocracia, reforma y déficit fiscal

La partidocracia que se alimenta como una boa insaciable auspiciada por la ambición de poder y la corrupción en todos los órdenes, incluyendo su accionar en la mafia estatal, el uso abusivo de los poderes del estado, asegurándose el enriquecimiento ilícito junto al despojo de las arcas del estado, y la protección que les garantiza inmunidad al comisionar bajo la mesa, del crimen organizado, el narcotráfico y el lavado.

Esa partidocracia insaciable, no solo se ha apoderado de todas estas variables y ha desarrollado una trampa mortal para la nación dominicana, sino que también ha propiciado un endeudamiento morboso obligando a la creación y agrandamiento de un déficit fiscal planificado e insostenible.

Usurpadores y auto benefactores al mando de la cosa pública por décadas, con más o menos impactos en el producto interno bruto, han comprometido la soberanía económica del país y ahora, se pretende con la misma alegría teatral, implementar una reforma fiscal porque el dinero no alcanza, después de tanto daño a la nación, un saqueo descarado tal cual lo citó en sus tiempos, el extinto presidente Joaquín Balaguer.

Ahora pretendemos olvidarnos de los discursos políticos y como cómplices todos de la debacle económica del país, empobrecer más a la familia dominicana, imponiéndoles nuevas cargas fiscales, haciendo que arriesguen sus vidas, sus propiedades de manera abusiva e imposible de aceptar.

Se vende el argumento de Laffer (aunque sin darle los créditos) como algo novedoso, pero contradictorio en sí mismo. Pues ciertamente el reducir el ITBIS y el mismo porcentaje del impuesto sobre la renta, lograría una mayor recaudación, no tiene sentido dejar otros impuestos e incrementar algunos que masacran la calidad de vida del dominicano.

La voracidad fiscal impuesta con los años debe revisarse para eliminar la mayor cantidad de impuestos abusadores al país. Y en base a ellos hacemos algunas preguntas: ¿Porque hay que tener por ejemplo un impuesto a las sucesiones y donaciones?. ¿Por qué debe existir un impuesto a la propiedad?, sobre todo cuando se trata de las viviendas. Si ya hace rato los impuestos fueron pagados en el momento de la adquisición. Preferimos el impuesto al progreso y sobrevivencia de la gente, un gran despropósito.

El sueño de cualquier familia se cimienta en cosas básicas, como por ejemplo el poder tener su casa propia. Y luego de pasarse 20 años pagando un préstamo hipotecario, entonces que te vengan con el robo de un impuesto a la propiedad. ¿Por qué tienes que seguir pagando lo que ya pagaste?

Pero peor aún, además del sufrimiento que mucha gente tiene cuando se muere un familiar, tener que pagar un impuesto para poder tener el título de propiedad, muchas veces luego de enormes gastos médicos, tratando posiblemente de mantener con vida, a quien luego parte de este mundo.

Pero ¿Por qué el pueblo dominicano tiene que pagar intereses, moras y recargos, por no poder pagar a tiempo las imposiciones abusivas y exageradas vigentes?

Pero esto se ha hecho extensivo en el Estado, con regulaciones, o leyes que le permiten cargas intereses y moras impropias a las facturaciones por servicios, que también algunas empresas del sector privado, sin ser financieras o bancos, aplican leoninamente. Hemos abusado tantas veces y por tanos años del pueblo dominicano y ¿pretendemos seguir en el mismo caballo?

Y uno se pueden decir: tantas mentiras los que se auto definen defensores el pueblo o del consumidor, y para nada. Para ellos vivir como tutumpotes y que no se sientan los logros a favor del pueblo y la familia dominicana, a no ser que sea publicidad pagada.

¿Una reforma fiscal, luego de que los socios de la partidocracia que han gobernado este país, le han endeudado, se han enriquecido, se han llevado sus capitales mal habidos a paraísos fiscales, han logrado inmunidad parlamentaria: en el congreso nacional o el en Parlacén?. ¿Con que auto respeto y respeto a la nación se come eso?. Una burla completa ya que no existe un sistema sancionador que con valentía ponga el ejemplo con los roedores del erario del mismo gobierno y los vividores de la política.

Y siempre se concentran en la justicia democrática, donde todo el peso de la ley es para la mayoría de a pie, dejando ilesos e impunes a la partidocracia casi siempre representada por delincuentes de alta gama, pero en saco, corbata, lino y Cartier.

Y todavía puedes verlos en los medios, discurseando y yendo hasta con cache a los tribunales de la república. Pero les aplaudimos, les abrimos las puertas, los aupamos y los premiamos con un rating inexplicable y hasta con una nueva curul en el congreso nacional.

Pero en cada gestión presupuestaria tenemos ahí la planificación del déficit. La fuente fundamental del delito financiero y de cuello blanco estatal. Es decir, en lugar de arroparnos hasta donde se puede, perseguimos metas inalcanzables, adjuntamos mil tres proyectos y soñamos con que el pueblo financiará todos estos despropósitos con nuevos impuestos.

Pero ahí vemos Overtone y las Bengalas en acción. Expertos pagos para ir creando la base de la tragedia de la economía domestica. El cuento de bajar el ITBIS y el ISLR viene acompañado de un proceso que podría ser de secuestro de propiedades, porque como contra partida, se habla de incrementar el impuesto a la propiedad inmobiliaria. Y que importa si la gente no puede pagar, mejor le quitamos la propiedad y luego nos la repartimos. ¿Para que es que somos gobierno? Y vaya perla, también se quiere sumar al proceso de tributación simple, la parte de TSS de forma obligatoria como si fuera un impuesto a las micro empresas a estos temas. Y en adición todos los ingentes esfuerzos por la patria de bancarización, es decir tener a todo el mundo en jaque para los fines de control fiscal y tributación.

Y otras bengalas, distractores convenientes, los advenedizos aspirantes a la presidencia para el 2028 cuando aún no comienza el nuevo gobierno el 16 de agosto.

¿Y qué maldición es la que ha caído al pueblo dominicano? Parece ser que en cualquier momento se verá la novela completa con el cambio de episodio de la serie: y nos daremos cuenta que no es lo mismo llamar al diablo que verlo venir.

Parecería que los leones que piensan más como fiscalistas que como dominicanos, buscamos siempre la forma de humillar al pueblo dominicano, tal vez pensando, que con algunas ideas, se pueden alcanzar posiciones en un nuevo gobierno.

El tema de sistema de tributación simple para las microempresas, es simplemente también ajustable, pero aunque justo no será, porque implicaría cobrar menos. No se justifica por ejemplo que una microempresa no pueda tener perdidas en un ejercicio fiscal, pues se le aplica un 7% de las ventas brutas sin ningún tipo de deducción de gastos. Ciertamente es cierto que hace falta la reforma fiscal, y que el criterio de Laffer debe incrementar las recaudaciones. Pero los principales paradigmas que deben eliminarse para lograr resultados plausibles son: perseguir metas realizables, la voracidad fiscal y el deseo del enriquecimiento ilícito de los funcionarios.

Todo se planifica, el déficit fiscal, que trae más endeudamiento o más impuestos, también la puerta enorme para el crimen de cuello blanco, que al parecer es tan necesario para la mafia estatal y la partidocracia (repartocracia) disfuncional y cómplice, de la destrucción de la nación dominicana.

Honestamente, si para esto es que se desea el concurso de la oposición, espero que no se sumen voluntades para apoyar estas intenciones que empobrecerán más a la familia dominicana. Y seguir derrotando a una clase media ya cansada de empujar y cada días más aplastada por los gobernantes.

Si este proceso que planteamos tiene asidero en la lógica política nacional, entonces tenemos un sistema propicio y aplicado para sostener el delito planificado desde el presupuesto nacional. Con esto así, la lógica matemática nos ayuda, a pensar que urge aplicar la justicia restaurativa, y que los que han embargado el país, devuelvan al menos el 80% de lo robado en las últimas décadas.

Pero también que luego de devolverle el poder que solo le pertenece al pueblo y no lo tenga más la partidocracia imperante, se prohíba la reelección para todo el mundo, se obligue la alternatividad en el poder y el equilibro en el congreso nacional, entonces, se elimine del presupuesto nacional el financiamiento de los partidos políticos.

De esta forma, no solo se mitiga el proceso de corrupción rampante no perseguida, sino que se da a los jóvenes que hoy ingresan a las filas públicas, que no pueden guiarse de las enseñanzas y malos ejemplos recibidos, ya que de ahora en adelante, la pava no pone donde ponía.

Ahí está el reto: demostremos con un poco de testosterona y la pluma de los decretos para el bien, que nos importa el pueblo dominicano y dejemos de hacerle más daño, tal cual lo hemos hecho con la legitimización de la impunidad, al premiar a personas seriamente señaladas, permitiéndoles ser candidatos y hasta nuevamente ganadores.