SIN PAÑOS TIBIOS

El eterno retorno de Falcondo

Según Nietzsche, el eterno retorno de lo idéntico es la repetición infinita de los mismos sucesos. Igual aplica para Falcondo, que si bien es cierto su desempeño minero y eficiencia financiera está sujeta a los dictados del mercado, desde 2013 se ha visto envuelta en una serie de problemas generados, tanto por el rechazo ciudadano a la no explotación de Loma Miranda –su principal apuesta minera para garantizar operaciones a largo plazo–, como por problemas internos a nivel societario.

Con las operaciones suspendidas desde noviembre, sus empleados han vivido un calvario permanente por el incumplimiento por parte de la empresa de muchas de sus obligaciones, en tanto empleadora (salarios, planes de pensiones, salud, vacaciones, colegiaturas, etc.); al igual que los cientos de suplidores afectados por falta de pago de facturas pendientes; y ni hablar de la afectación que eso ha significado para las finanzas públicas, con el decrecimiento de aportes por concepto de regalías e impuestos.

Sin solución a la vista, y tras haber hecho un cambio de gerencia que inspira confianza y solvencia moral de cara a terceros, en lo que la empresa resuelve sus problemas entre socios y vinculados, y decide realizar o no las inversiones necesarias para iniciar una nueva fase de explotación de sus reservas residuales (con cambio de tecnología incluida), la incertidumbre que se abatía sobre todo Bonao fue despejada (otra vez) el pasado viernes 26 de abril, cuando fue suscrito un acuerdo con el sindicato de trabajadores –con mediación del Ministerio de Trabajo–, a través del cual la empresa se comprometía al pago de sus obligaciones pendientes, quedando sobre la mesa la posibilidad de que, “ante la imposibilidad de la empresa de continuar pagando los salarios y demás compromisos derivados de la relación de trabajo”, esta procediera a terminar las relaciones contractuales al 30 de abril, condicionado al pago de las prestaciones laborales y derechos adquiridos, los cuales fueron cuantificados en RD$731,328,415.47.

Sobre la mesa quedan interrogantes que deben ser despejadas, pues ante el hecho cierto de que la empresa atraviesa dificultades financieras, subsiste la duda de si podría o no honrar tales compromisos. En ese sentido, y en ausencia de informaciones oficiales que corroboren la especie, circula una información que da cuenta que dicha partida sería cubierta por el Ministerio de Hacienda, haciendo uso de la retención de ITEBIS a combustibles realizadas, las cuales ascienden a US$15.5 millones de dólares.

Ciertamente, dicha decisión constituye una acción responsable del gobierno frente a los trabajadores y la provincia, pero es necesario que el Ministerio de Hacienda confirme o no la información, y de que, en caso afirmativo, explique bajo cuáles términos y condiciones el Estado se verá involucrado en esa operación de salvamento laboral, y qué percibirá a cambio; toda vez que no sólo es accionista minoritario de la empresa, sino que, a medio y largo plazo, es el mayor perjudicado por la forma en que hasta el momento esta se ha manejado.