Otra historia que contar en mayo
Las elecciones del 18 de febrero pasado en la República Dominicana dejaron un mal sabor a muchos sectores que apuestan al fortalecimiento de la democracia y sobretodo en los partidos políticos de la oposición.
La verdad es que el oficialismo aprovechó con creces la condición propia de un torneo municipal, cuya característica tradicional es la baja participación de los electores en todas partes del mundo.
Utilizando estrategias elaboradas desde los inicios de gestión gubernamental en el 2020 y como carta bajo la manga la táctica final de la intimidación y actuaciones insidiosas empleando malas artes para potencializar la abstención, han sido muy evidentes.
Como era de esperarse en este escenario inducido sacarían la mejor partida, lo cual sin advertirlo sus antagónicos, cambiaría el curso de la historia por lo pronto.
Las artimañas políticas del gobierno y su partido permitidas desde los tiempos de pandemia, propiciaron acumular recursos fundamentados en préstamos y los presupuestos anuales del Estado, manipulados a los ojos de toda la sociedad nacional, usando incluso la oposición en las Cámaras Legislativas.
Concretada la estocada final el día del escrutinio electoral solo toca desarrollar una campaña de desmoralización a sus contrincantes, con encuestas de percepción favorables, apabullamientos y compra de adversarios oportinistas en lo que resta del proceso.
Siendo la abstención clave como la única alternativa para evitar una segunda vuelta en las elecciones de mayo que lo lleve más allá del 2024, en el gobierno y su partido, no existen incentidumbres, se emplearán a plena capacidad sin importar los costos y los medios.
Obviamente que MAYO es diferente a FEBRERO, porque implica además de la elección de legisladores, la contienda presidencial.
En ésta última consideración no cabe duda, en especial por la participación del Dr. Leonel Fernández, quien tiene como legado para las generaciones presentes y futuras un rosario de improntas y realizaciones progresistas tangibles durante todo su desarrollo político, tanto en el poder como fuera del poder, ahora con propuestas innovadoras que asegura estabilidad y desarrollo sostenible.
Los dominicanos tenemos que reconocer que Leonel Fernández se ha empleado a fondo como antes no lo había mostrado por construir un nuevo espacio democrático con opción de poder. Y todos sabemos que tiene garantizada páginas de la historia por encausar al país por un nuevo medelo de progreso, a los que se ven compelidos en continuar sus sucesores, quiérase o no.
Contra vientos y mareas de toda índole inimaginable, de forma objetiva y compleja, Fernández ha zangeado las condiciones para convertirse en una verdadera posibilidad de retorno al palacio presidencial de no generarse situaciones que a última hora confundan a los decisores del sufragio, y se logre la participación mayoritaria de los ciudadanos.