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enfoque

Propuesta valerosa

El expresidente, y candidato presidencial, Leonel Fernández, ha presentado un planteamiento de gran importancia respecto de las características de una próxima reforma tributaria. Ha declarado que no es necesario que incluya la creación de nuevos gravámenes, ni tampoco el aumento de los existentes. Considera que con la aplicación de políticas recaudatorias basadas en la equidad, y de mecanismos que atraigan hacia el sector formal a actividades económicas que hoy se desenvuelven en condiciones informales, es posible alcanzar los objetivos de la reforma.

El concepto expresado por el expresidente, como parte de su propuesta electoral, es de suma trascendencia porque la mayoría de nuestras reformas tributarias del pasado han conllevado la introducción de nuevos impuestos - algunos supuestamente transitorios que terminan siendo permanentes - y de incrementos en las tasas impositivas que recaen sobre los sufridos contribuyentes que ya los estaban pagando.

La razón por la que las reformas que se han llevado a cabo han tenido esa conformación es entendible, y se parece a lo que ocurre con muchos proyectos arquitectónicos. Con frecuencia, los arquitectos prefieren diseñar nuevas edificaciones, o anexar segmentos a las construcciones existentes, que remodelar estructuras a fin de hacerlas funcionar mejor. Y, por igual, ante las dificultades inherentes a recaudar más dinero con los impuestos actuales, los que diseñan las reformas prefieren transitar por el camino más expedito, más fácil, y proponer nuevas creaciones y aumentos. Las consecuencias de esa preferencia, no obstante, repercuten sobre el desempeño de la economía, elevando el porcentaje de la carga tributaria que recae sobre una minoría de los contribuyentes.

Dado que le compromete, de ganar en los comicios, a recorrer el camino más complicado, la propuesta de Fernández es valerosa porque las mencionadas dificultades inherentes a su exitosa puesta en marcha son significativas. Sucede que varios de los sectores económicos más vigorosos disfrutan de exenciones o tratamientos especiales, amparados en leyes o contratos, y no se sabe a ciencia cierta qué pasaría si son modificados. Mientras tanto, otras exenciones benefician a productos calificados como esenciales para la población, con gran impacto sobre la inflación y las condiciones de vida. Y, por otro lado, persuadir a sectores informales a que se organicen y pasen a ser contribuyentes regulares es una tarea que requiere mucho más que promesas y exhortaciones, especialmente dada la experiencia de sus implicaciones burocráticas y de los costos involucrados.

Escapar de esas dificultades y no enfrentarlas, sin embargo, ha provocado reformas fallidas, desequilibradas, fragmentarias y perjudiciales para el crecimiento sostenible de la producción de bienes y servicios, y ha conducido a que al poco tiempo de ser puestas en marcha se comience a hablar de la necesidad de otra reforma.