Oye País
...y ya son ¡74!
El pasado sábado, 9 de marzo, cumplí mis primeros ¡74! años de edad.
Me siento privilegiado.
Puedo decir que he vivido una vida plena de satisfacciones.
Rodeado de la familia y amigos.
Las ‘altas’ sobrepasan, por mucho, las ‘bajas’ que he vivido.
Una salud privilegiada, que apenas el año pasado me dio un susto.
Una vida profesional plena, llena de experiencias, en la que he llegado a los más altos peldaños.
Me siento gozar del respeto y el aprecio, aun de aquellos que no comulgan con mis ideas.
Mis compañeros de trabajo, de antes y de ahora, de todos los niveles, son eso, mis compañeros, mis amigos.
Trato de llevar una vida cotidiana en armonía, en paz, de amor con los que me rodean.
Porque a quien no he podido hacerle un bien, nunca le he hecho un mal.
Las muestras de amor, solidaridad, cariño que recibí, de manera pública y privada, durante el episodio de salud del año pasado, me reconfortan el alma y han sido el motor principal de mi recuperación.
Mi mayor reto, logrado, ha sido poder transmitirles esos valores a mis familiares, mi compañera de vida, a mis descendientes.
Y entiendo que con mi ejemplo, lo he logrado. No soy perfecto, ni pretendo serlo, pero creo que he cosechado lo que he sembrado.
Porque después de ¡74 años! haber gozado de esas satisfacciones ¿cómo no estar agradecido de Dios, de la vida?