Más empleos y mejores salarios: Abinader y el cambio
En todo el mundo, el mercado laboral fue uno de los más afectados por las medidas tomadas por los gobiernos para prevenir y contener la propagación del COVID-19. Nuestro país no fue la excepción.
Al momento de iniciar la gestión del presidente Abinader, la tasa de desempleo abierto reportada por el BCRD era de 7.1%. Se habían perdido más de 420 mil empleos totales con respecto al último trimestre previo a la pandemia. De acuerdo con la TSS, entre febrero y agosto del 2020 desaparecieron 300,265 empleos formales totales.
La tasa global de participación, dígase, la cantidad de personas participando en el mercado laboral, del tercer trimestre del 2020 era 5.2% inferior al mismo periodo del año anterior.
A esto se le sumaban desafíos estructurales como es el caso de los bajos salarios. La teoría económica ortodoxa expresa que el salario de un trabajador debería ser igual a su productividad marginal. Sin embargo, estudios publicados a lo largo de la década pasada, muestran cómo ante el incremento de la productividad, los salarios reales no aumentaron a la misma velocidad, generando una brecha creciente entre productividad e ingresos laborales.
El objetivo explícito del nuevo gobierno fue dinamizar la economía, mantener la estabilidad macro, recuperar los empleos y aumentar los salarios reales de los trabajadores. En noviembre del 2021, a los 15 meses de iniciada la gestión, ya se había recuperado la totalidad de los empleos formales registrados en la Seguridad Social.
No solo se han recuperado los empleos formales perdidos, sino que entre agosto 2020 y diciembre 2023 se han adicionado 506,452 empleos formales totales afiliados a la Seguridad Social. Más de 85% de esos nuevos empleos corresponden al sector privado formal. En otras palabras, en la presente gestión por cada nuevo empleo en el sector público se han creado 6.4 puestos de trabajos en el sector privado.
Este incremento en el empleo formal con derechos de seguridad social se ve acompañado por niveles de desempleo históricamente bajos. Para contextualizar, descontado la anomalía del pico de la pandemia, los tres trimestres con menor tasa de desempleo abierto de la historia han sido durante los últimos dos años de gestión: un 4.8% en los dos últimos trimestres del 2022 y el 5.0% del último trimestre del 2023.
Fuente: Elaborado por el Ministerio de Trabajo con datos de la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT).
Resulta evidente que el objetivo no es solamente tener más ocupados en el mercado laboral, sino que las condiciones de estos sean cada vez mejores. Por medio del diálogo tripartito a través del Comité Nacional de Salarios (CNS) se han consensuado 23 aumentos mínimos salariales, los cuáles en promedio han representado un aumento nominal del 27.0% y un 9.6% luego de ajustar por inflación. Si nos enfocamos en los salarios mínimos no sectorizados, que concentran alrededor de la mitad de los empleos privados formales, el aumento ha sido aún mayor: 42% de aumento nominal y 15% de aumento real.