Tribuna del Atlántico
Haití, ¿hasta cuándo?
Más de una película, nos presenta imágenes de situaciones extremas, en las que, cuando se piensa que no se puede poner peor, se agrava aún más, es frecuente en esas de ciencia ficción, que presentan imágenes asoladoras de cataclismos de fin del mundo.
Así cuando pensábamos que ya la situación en Haití, había tocado fondo, que ya no podía empeorar más, alcanza ahora niveles de espanto, con un Estado, sitiado por la fuerza militar de las bandas.
Michelle Duvalier, la viuda del último dictador, de esa familia, suele usar, en sus publicaciones en X, la expresión Haiti Cherie, (Haití querido), muy probablemente en alusión a la canción de Harry Belafonte, escrita y grabada allá por el 1957.
No se que tanto valoren los haitianos la expresión de la ex primera dama, lo cierto es que al usar el término, parece evocar el sentimiento de la canción, cuando dice: “No sabía que tenía que dejarte, para saber cuanto extrañaría la galante Citadell”.
Uno tiene necesariamente que embargarse de un sentimiento similar al que evoca la canción de Belafonte, ante el más terrible drama de nación alguna, en América y ante la notable y desproporcionada perplejidad de quienes están llamados a la odiosa, pero inevitable intervención, en un territorio que ya hace rato no tiene otra salida que el apoyo decido de las grandes potencias, para intentar el camino de regreso a una cierta normalidad como país.
Es verdad que Haití no tiene la importancia estratégica que tiene Ucrania, pero, “recorcholis”, con una fracción de lo que hoy día se invierte en allá, podría enventualmemte pararse el río de sangre y el desorden armado de ese país.
Y con otra ínfima fracción, de los miles de millones de dólares que se invierten en guerras en diferentes partes del mundo, se podría iniciar la recuperación económica e institucional de ese Haití.
Uno no tiene más que preguntarse, ¿Qué más esperan, Estados Unidos, Canadá y Francia, para poner en marcha acciones que permitan lograr una salida, cualquiera que esta sea, a ese drama interminable?
Haití necesita soluciones, la República Dominicana, necesita solución al tema haitiano, porque la magnitud del conflicto armado podría desbordar en cualquier momento, las fronteras, por más muros y preparativos militares que hagamos, cuando el acceso de una o diez personas, depende de las necesidades materiales de algún guardia fronterizo, que no puede identificar por sí mismo, quién es o ha sido miembro de una banda.
Esta es una crisis que desborda las fronteras de esa nación, que impacta, desde Chile hasta México, con quienes logran salir de la tierra asaltada por las bandas.
Es cierto que, cada grupo, cada intelectual, cada sector de ese Haití, tiene una visión distinta de cómo puede resolverse el problema, ¿hasta cuando esperarán para buscar alguna fórmula que permita reestablecer el orden, retomar el control del territorio y volver a alguna forma de normalidad?
La experiencia de los gobiernos de Raoul Cédras, indica que se puede.
Tiene que haber un camino para retomar el orden y el control que permita, paz, sosiego y crecimiento a Haití, para que muchos otros puedan cantar con Belafonte:
“Haití querido ahora he regresado a tu tierra tan querida
Déjame escuchar de nuevo las cosas que dan música a mi oído”.
Al menos merecen un intento verdadero. ¿Hasta cuándo, tendrán que esperar?