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DESDE LA PUCMM

Tendencia hacia el trabajo a distancia

Las empresas ya no se inquietan por sobrevivir a la pandemia, sino por ofrecer arreglos flexibles, apreciar el tiempo de los empleados y aprovechar el potencial de una fuerza laboral desagregada. Sí, el regreso de los empleados a la oficina ha sido una preocupación, pero los empresarios también se aseguran de mantener la capacidad de trabajar con equipos que se encuentran en diferentes lugares. Por esta razón, veremos que, a lo largo de 2024, el número de ofertas de trabajo con ubicaciones “remotas” o “híbridas” se mantendrá significativamente, por encima de los niveles anteriores a Covid-19.

Durante los últimos meses, se ha discutido mucho sobre el tema del teletrabajo en comparación con la presencialidad. Sin embargo, hay un tercer modelo en debate que aún no es muy conocido, aunque combina las ventajas de ambos extremos: el trabajo distribuido. Su definición es simple porque se basa en el principio de que la ubicación del trabajador no influye en su participación y desempeño en la empresa. De manera casi literal, el concepto abre la puerta a un gran mundo de posibilidades porque el talento se desplaza y se desarrolla de manera colaborativa, gracias a la interacción de profesionales de todo el mundo.

Podemos dividir el trabajo en cinco niveles. Los profesionales que no pueden trabajar desde casa (como los médicos o los meseros) están en el nivel cero, mientras que los trabajadores de empresas que han alcanzado un nivel de autonomía que ni siquiera necesitan una sede física, están en el quinto nivel. Un amplio espectro empresarial existe entre ambos extremos, el cual está actualmente en pleno aumento.

Los beneficios de una fuerza laboral distribuida incluyen una huella inmobiliaria más pequeña y el acceso a un grupo de talento global. Los desplazamientos diarios se pueden evitar y se puede establecer una rutina de trabajo individual con mayor libertad. Dicho esto, desde luego que extrañamos la comunicación informal en el lugar de trabajo, que eleva el ánimo, crea una conexión más profunda con la misión de la empresa y puede llevar a una resolución espontánea de problemas.

Las empresas tendrán que repensar sus patrones de comunicación y sus procesos de toma de decisiones sin la conversación en la máquina de café. Muchas empresas buscan implantar un modelo híbrido, el más desafiante de los tres, cuando se enfrentan a la opción de trabajo remoto.

Las empresas enfrentan una serie de importantes desafíos en el nuevo mundo laboral híbrido ¿Necesito la misma oficina que antes? ¿Qué actividades son obligatorias y cuáles no? ¿Es posible contratar a trabajadores independientes digitales? Las respuestas a estas interrogantes varían según las diversas empresas que todos conocemos.

La red social X anunció que los empleados podrían trabajar desde casa mientras las circunstancias lo permitieran. Sin embargo, Netflix se opuso alegando que no era rentable y que los empleados no podían reunirse en persona para discutir nuevas ideas. Como resultado, la mayoría de sus 8.600 trabajadores regresarán a sus trabajos.

La experiencia ha demostrado que el trabajo distribuido aumenta la productividad. La pandemia llevó a cabo un experimento obligatorio de teletrabajo en 2020 que demostró a empleadores y empleados que el teletrabajo era una buena opción a corto plazo. No obstante, aún se carece de evidencia sobre sus efectos a largo plazo.

Las ventajas obvias de trabajar desde casa, como no hay desplazamientos por la mañana, menos emisiones en la atmósfera y más tiempo en casa con los seres queridos. Además, no hay conversaciones no deseadas con un compañero incómodo, ningún jefe constantemente vigilando en el hombro y flexibilidad para gestionar el equilibrio entre la vida y el trabajo.

La oficina física no está muerta, sino en proceso de transformación. Exaltar los esfuerzos de todos los empleados y no establecer un sistema de dos clases es importante. Esta filosofía resulta en un sistema híbrido, con una “combinación fluida de colaboración en la oficina y trabajo profundo en casa”.

En la actualidad, nadie regresa a la oficina para trabajar en un escritorio. La interacción social es lo que nos falta ahora. Es estar juntos en un lugar para resolver problemas. Por lo tanto, debe ser un lugar emocionante donde puedas encontrarte con tu comunidad, un enfoque que se enfrenta a las realidades laborales modernas en las que la flexibilidad es esencial.

Mientras que el trabajo individual y concentrado puede realizarse mejor desde casa, más tareas colaborativas pueden naturalmente atraer un trabajador a la oficina. Esto implica que el teletrabajo ya no se considera un privilegio, sino un modo de trabajo normal, ya que no se reservará ningún espacio de trabajo específico para un empleado que solo esté presente una parte de la semana.

El autor es profesor e investigador en la Escuela de Negocios de PUCMM

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