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En RD: ¿una confirmación del paradigma “Capitalismo de Estado”?

Producto del incremento de las demandas sociales, su vinculación a las probabilidades de éxito político y promoción económica y social de los actores políticos de Latinoamérica, inmersas en un marco económico general de baja generación de valor agregado y, peor, de las obstrucciones que a las capacidades productivas locales impone el avance de las importaciones, el modelo económico regional deviene cada vez más afectado y semejante. En perspectiva, su actual estado ¿permite prever un resultado semejante a la situación que la economía argentina enfrenta desde el 2K?

El 11 de enero del 2022, el Banco Mundial pronosticaba que el crecimiento mundial se desaceleraría durante el 2023 y que el PIB caería desde +3.4 a +2.8, perdiendo seis décimas (-0.6). Ocho meses después, el 15 de septiembre, desde Washington, adoptó un enfoque más sombrío sobre los resultados a esperar durante el recién pasado año: “…el mundo podría estar avanzando poco a poco hacia una recesión mundial en 2023 y una serie de crisis financieras en los mercados emergentes y las economías en desarrollo”, advirtió. Tan lúgubre pronóstico, tendría, según este organismo financiero internacional, “daños duraderos”, una frase de terror.

Ante tal gravedad, la CEPAL, en su informe “Perspectiva del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe, 2023”, hecho público el 02 de noviembre del pasado año, apelando a fuertes argumentos varados en sólida data económica, instó a nuestras economías a “implementar políticas de desarrollo productivo para diversificar y sofisticar su canasta exportadora”, lo cual incluye “la atracción de IED en sectores estratégicos”.

Independientemente de que la IED puede incidir sobre la políticas monetarias nacionales de forma más perniciosa que el endeudamiento —los inversionistas esperan repatriar anualmente sumas en divisas superiores a la tasa del más oneroso financiamiento—, tiene la ventaja de que contribuye a reducir la desocupación, a aumentar las exportaciones, la importación de tecnologías sin costo nacional y las recaudaciones y, cuando se le permite, suplir los mercados internos con bienes de calidad exportable. Adicionalmente: formar trabajadores avituallados con mejores estándares cualitativos y operativos.

Tal énfasis del CEPAL argumenta nuestra insistencia: necesitamos avanzar en algún porcentaje hacia un capitalismo de Estado.

Al respecto, el presidente Abinader y el director del Instituto Tecnológico de las Américas resaltaron, en “LA Semanal” más reciente (22 de enero, 2023), el hecho que, entendemos, fue el más relevante de tal Conferencia de Prensa: la producción de prótesis mediante tecnología de impresión 3D. Con ella, aseguró el director del ITLA, empezaron a suplir la demanda de los Afiliados al Sistema Dominicano de la Seguridad Social presentada a través de la ARS Servicio Nacional de Salud (SeNaSa). ¿Su efecto? Un precio al consumidor reducido en 40%.

Esta entidad, incorporada por el Decreto #422-00 del 15 de agosto del 2000 y cuya administración fue transferida a la Fundación Parque Cibernético de Santo Domingo mediante el Decreto 240-08, ha venido incorporando especialidades tecnológicas a su oferta curricular hasta constituye en un ejemplo de la articulación productiva sustitutiva, al amparo del Estado.

Un modelo hacia la excelencia productiva que ojalá el país articule desde una política nacional de capitalismo de Estado.