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La ocupación del 1916

La primera ocupación estadounidense de República Dominicana, desde 1916 al 1924, inició el 13 de mayo de 1916, cuando el contraalmirante William Banks Caperton obligó a Desiderio Arias, entonces secretario de Guerra dominicano, a abandonar Santo Domingo, con el ultimátum que de no hacerlo bombardearía la ciudad.

Los dominicanos se resistían a perder su soberanía, siendo la rebelión más importante la escenificada por los despectivamente llamados gavilleros, un movimiento guerrillero que operó en la región Este del país (El Seibo y San Pedro de Macorís), conformado por campesinos despojados de sus tierras, con apoyo de la población de esas provincias, los cuales lograron hacerle guerra de guerrillas a los invasores.

Los invasores trataron de desprestigiar a esos patriotas, acusándolos de ladrones y saqueadores. Muchos de sus integrantes acabaron asesinados y ya para 1921 habían sido prácticamente exterminados.

Warren Gamaliel Harding, durante su campaña presidencial a las elecciones norteamericanas de 1921, prometió el retorno de esa nación a la "normalidad" y a concluir las ocupaciones militares en el exterior, entre ellas la dominicana.

Ante esa nueva política exterior norteamericana, el 23 de septiembre de 1922 se firmó en Washington, D.C. el denominado Plan Hughes-Peynado, redactado por el secretario de Estado Charles E. Hughes y Francisco J. Peynado, que puso fin a la intervención militar norteamericana a la República Dominicana.

Pero el plan tenía infamantes condiciones para la salida de las tropas invasoras:

El establecimiento de un “Gobierno Provisional de dominicanos” que dirigió Juan Bautista Vicini, para facilitar las reformas legislativas, reformar la Constitución y celebrar elecciones generales.

Además, el reconocimiento de la validez jurídica de todas las Órdenes Ejecutivas promulgadas por el Gobierno Militar que hubiesen creado impuestos, autorizado gastos o conferido derechos a terceros, y refrendados contratos celebrados de acuerdos con esas Ordenes Ejecutivas

Asimismo, la vigencia de la Convención del 8 de febrero de 1907 entre los Estados Unidos y la República Dominicana, hasta que los bonos emitidos en 1918 y 1922 no fueran pagados y que se prolongaran las atribuciones del Receptor General de Aduanas hasta completar la recaudación de los impuestos y pagar la deuda del país.

Producto de este plan, el 12 de julio de 1924, Horacio Vásquez se juramentó como presidente de República Dominicana. No obstante, todavía en el mes de septiembre las tropas extranjeras realizaban labores de patrullaje en el país,

No fue sino hasta el 18 de septiembre que se inició el proceso de desocupación física de nuestro territorio. Pero no así el control financiero, pues el país seguía endeudándose para subsistir, por lo que el 27 de diciembre de 1924 se firmó un tratado mediante el cual se cedió nuevamente a Estados Unidos el control sobre los ingresos aduaneros del país.

Esta fue una transición muy mediatizada porque, aunque físicamente los marines habían desocupado el territorio, Estados Unidos siguió financieramente con el control de nuestras aduanas hasta la firma del “Tratado Trujillo-Hull”, el 24 de septiembre de 1940.

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