PUNTO DE MIRA
Aerodom es trama navideña para reelección
La renegociación adelantada de los aeropuertos nacionales con Aerodom es una bien tramada operación con varias acciones políticas destinadas a buscar dinero para sacar adelante al proyecto de reelección de Luis Abinader que se encuentra en retroceso. Esta controversial operación cede por 37 años los aeropuertos del Estado con un contrato de condiciones leoninas a cambio de abonar 775 millones de dólares que serán usados en los primeros seis meses del año próximo en la campaña electoral. Así Abinader se apodera por adelantado de recursos financieros de los próximos nueve gobiernos.
En algún momento se conocerá la identidad que negoció el sigiloso acuerdo mediante el cual una empresa extranjera se involucra en una operación política urdida para eludir la necesaria licitación pública. El gobierno de Abinader aprobó una ley que por tres años permite hacer contratos sin licitación, recurso típico de Rafael Trujillo para legalizar operaciones destinadas a manejar en beneficio propio los recursos del Estado.
Este contrato de arrendamiento es una trama contra los bienes públicos que estuvo precedida de una negociación secreta para evitar la licitación pública. Solo mediante ese acuerdo de arrendamiento por 37 años y que les facilitaran aumentar los precios de sus servicios, Aerodom adelantaría los 775 millones de dólares.
Como parte del entramado de la abusiva trama el debate congresual en torno a la operación se está desarrollado en el periodo navideño para que pase inadvertido, ya que la sociedad presta poca atención a las actividades políticas.
Sin embargo, dado el carácter oscuro de este acuerdo obliga a dar un paso más allá y que la justicia intervenga este sospechoso trato para conocer todas las partes involucradas e impedir que una empresa extrajera en connivencia con sectores nacionales pueda disponer de los bienes públicos.
Abinader luce desorientado. Por su impericia en el manejo del poder va dando tumbos entre promesas que no puede cumplir. Su deseo de quedarse con poder lo ha colocado como protagonista de una época negra de la historia del periodismo al imponer una mordaza virtual. Abinader logró lo que no pudo Joaquín Balaguer con amenazas, muerte de periodistas, cortes de suministro de papel a los periódicos y cierre de emisoras. Lamentablemente los recientes escándalos en el Intrant, el Acuario y otras dependencias, además de los problemas para seleccionar candidaturas electorales, aturden el accionar del mandatorio y lo conducen a la toma de malas decisiones que afectan el futuro de la nación. Abinader debe cancelar ese negocio con Aerodom y concentrarse en terminar una obra importante.
Si sigue por dónde va la reelección de Abinader será un fracaso.