La ciudad en estado de emergencia
La ciudad de Santo Domingo lleva años convertida en un rompecabezas para quienes tienen que desplazarse por sus calles y avenidas.
Hasta hoy no ha habido forma de reducir el taponamiento por todas partes y la situación nos conduce a un callejón sin salida.
El caos del tránsito se complica por la escasa educación de la mitad de los conductores, rayana en la intolerancia y el irrespeto a los derechos de los demás.
Como los sistemas de transporte colectivo fueron coyunturales y de mal servicio durante décadas, la ciudad arrastra un déficit grande de asientos que las líneas del Metro y el Teleférico no han podido suplir.
Eso empujó a la clase media a ingeniárselas para adquirir vehículos particulares para darse su propio transporte y las vías se congestionaron.
A esa larga precariedad de espacio para circular se agrega el desplome de un tramo del paso a desnivel en el mismo centro de la ciudad, provocando diez días de tapones a todas horas.
Como la reparación del paso a desnivel no es cuestión de semanas, sino de meses y en horas llega diciembre con su gran movilidad, las autoridades tienen que buscar alternativas para viabilizar el tránsito.
Los técnicos del gobierno deben diseñar rápidamente medidas provisionales para capear este suplicio colectivo que despilfarra combustibles, tiempo y salud.
Entre las medidas a considerar debe estar prohibir -de verdad- la recolección de basura entre 7:00 de la mañana y 9:00 de la noche.
Igualmente, no permitir ningún tipo de estacionamiento en avenidas e impedir el parqueo paralelo en las calles.
Establecer horarios fuera de las “horas pico” para el movimiento de camiones volteo, hormigoneras y patanas que transportan tractores y otras maquinarias de gran tamaño.
Desplegar todos los agentes de Digesett para viabilizar el tránsito y no distraerlos en labores de fiscalización que ahora contribuyen a hacer más complejos los tapones.
Estamos en una emergencia en toda forma y hay que echar mano a decisiones que alivien la carga de tensión que significa pasar horas atascado en las vías.