El juego de la política

Es un juego que tiene una alineación de fundamentos basados en mejorar la calidad de vida de los más necesitados. Hay que defender nueve posiciones: en 1ra., luchar contra la corrupción para una mejor distribución de las riquezas; en 2da., proteger la seguridad ciudadana para preservar el derecho fundamental de la vida; en 3era., hacer sentir la autoridad en el cumplimiento de las leyes, sin discriminación. En el “short”, defender la institucionalidad en el ordenamiento en base a la legalidad de las acciones públicas; en el LF, la prevención en las políticas públicas de salud para controlar las enfermedades que afectan a los infantes en su alarmante tasa de mortalidad; en el CF, despolitizar el poder judicial para motorizar la transparencia de las sentencias y lograr así la anhelada justicia social; en el RF, adoptar una oposición constructiva y responsable que sirva de muro de contención a los abusos desde el poder en contra del patrimonio de todos. Dos aspectos vitales en el juego político son el lanzador y receptor, conformando la batería generadora de la acción, donde se debe afinar la conducción de los lanzamientos con un repertorio que domine a los que van al “home plate” a golpear con su bate a un pueblo de necesitados que espera que se los lleven con tres lanzamientos “por la vía del ponche”: la recta anti corrupción, la curva que rompa hacia la cárcel y un cambio de velocidad para poder reorientar el rumbo del país hacia un estado de derecho. El resultado de este juego político debe ser el triunfo de la equidad social para las nuevas generaciones y el fortalecimiento de la seguridad ciudadana.