PENSAMIENTO BÍBLICO

Un corazón adorador

“¡Cuán preciosas son tus moradas, Oh Señor de los ejércitos! Anhela mi alma, y aun desea con ansias los atrios del Señor; mi corazón y carne cantan con gozo al Dios vivo”, Salmo 84:1-2.

El salmista anhela ardientemente acudir al templo para servir al único digno de adoración.

El culto racional al Dios vivo, que se agrada con las alabanzas de su pueblo.

Resulta hermoso habitar juntos y en armonía para orar y cantar en cuerpo, alma y corazón. La adoración de los íntegros. Todo el ser dedicado a glorificar a Dios.

Un salmo para a adorar. Contemplar la hermosura de la santidad del Señor. Dichosos los que habitamos en su presencia.

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