colaboración
Remuneración diplomática
Es mucho lo que se especula sobre la remuneración de los diplomáticos. Pero poco lo que verdaderamente se conoce. Para muchos, todos los diplomáticos ganan en dólares americanos y, por el poder adquisitivo de esa moneda en el país, se asume que los diplomáticos tienen un estilo de vida paradisíaco. Nada más incierto.
En efecto, aquellos diplomáticos que prestan sus servicios en el exterior tienen la facilidad de ser remunerados en dólares. Mas no así, los que brindan sus servicios dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores; sin embargo, para aquellos destinados al exterior existen dos factores importantes a considerar: el rango diplomático adquirido y el costo de vida según el país donde se encuentre.
Por ejemplo, es incomparable un funcionario diplomático en ciudades como Washington, Londres, París o Tokio que aquellos enviados a Lisboa, Hanoi, Bogotá o Buenos Aires. Por supuesto, este análisis no se hace con intenciones de menospreciar ningún país. Por el contrario, la pretensión es externar la veracidad de los bienes y servicios en esos países de mayor avance social y económico al tiempo que exponemos las peripecias diplomáticas para subsistir.
De manera que esos honorarios que en muchos casos hay que convertir a otra moneda extranjera de mayor valía, será la misma que estará solventando sus gastos de manutención, transportación, escuelas y otras responsabilidades del hogar. Que sencillamente en algunos lugares son más onerosos que en otros. Esto implica que nuestros diplomáticos, además de cumplir sus funciones, se transformen en expertos de la administración presupuestaria particular.
En la resolución No. 06-2021, el Ministerio de Relaciones Exteriores estableció un sistema de escala salarial para los funcionarios que laboran en el exterior. Esta herramienta normativa, además de innovar y promover el apego a la transparencia y la institucionalidad a través de la rendición de cuentas de gastos de nuestras misiones diplomáticas, también permite que exista una conexión justa y realista del propio escalafón diplomático. Dicha escala, se sustenta acorde al contexto social y económico del lugar de destino y, se confeccionó basándose en los estándares de la Comisión de Servicio Civil de las Naciones Unidas.
Además, existen instrumentos que posibilitan auxiliar los hogares de los diplomáticos en el aspecto económico. Muestra de ello, es el Acuerdos para el libre Ejercicio de Actividades Remuneradas para Familiares Dependientes del Personal Diplomático, Consular, Técnico y Administrativo y de Organismos Internacionales. El referido marco legal, es la voluntad expresa de los países suscribientes, autorizando la capacidad de los cónyuges para practicar su profesión en áreas académicas o profesionales que no colinden con las actividades del diplomático designado. Y eso por supuesto, le otorgará una mayor capacidad de respuesta ante las vicisitudes cotidianas.
Actualmente, los diplomáticos dominicanos gozan de derechos adquiridos en igualdad de condiciones. Como por ejemplo, la implementación de un seguro internacional que les cubre tanto a los funcionarios como a sus dependientes, la compensación adicional por el nivel de riesgo del destino, la facilidad de apoyo económico para traslados administrativos de misiones y, por último y no menos importante, la equidad de los referidos soportes según su rango.
En definitiva, para que nuestros diplomáticos ejerzan sus responsabilidades de manera concentrada y con entusiasmo, es altamente imprescindible darle el mérito necesario a su estabilización. Y eso se alcanzó con la honorabilidad adecuada en consonancia al país de renta media que presenta ser la República Dominicana. De ese modo lograrán concitar las inversiones que generan empleos, la promoción que aumenta el turismo y la confianza para visualizarnos como líder internacional en materia de negociación, cooperación o resolución de conflictos.
A pesar de todo incentivo que ampare a nuestros diplomáticos, indudablemente, la satisfacción del deber cumplido con alto sentido de la dignidad será siempre la mejor remuneración diplomática.