Cardiología para todos
Alcohol y salud cardiovascular
El alcohol, sustancia psicoactiva con propiedades causantes de dependencia, se ha utilizado ampliamente en muchas culturas durante siglos. El uso nocivo del alcohol causa una alta carga de morbilidad y tiene importantes consecuencias sociales y económicas.
El alcohol, las drogas alucinógenas, el tabaco y otras sustancias activan el sistema límbico creando sensaciones de bienestar.
En la antigüedad el alcohol era denominado “elixir de la vida” y era usado en el tratamiento de muchas enfermedades.
¿Por qué la gente consume alcohol?
Tiene mucho que ver con la liberación de sustancias químicas como la dopamina, serotonina y las endorfinas.
El uso nocivo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos.
¿Cuál es el problema cuando se abusa del alcohol?
El alcohol es metabolizado en el hígado por la enzima alcohol deshidrogenasa, la cual lo transforma en acetaldehído. Es procesado por el acetaldehído deshidrogenasa para dar ácido acético el cual es inocuo, cuando se produce un aumento de acetaldehído lo cual ocasiona los daños nocivos del alcohol. Produciendo daño hepático, hipoglucemia, acidosis, cetoasidosis que pueden producir cáncer de hígado o daño en cualquier otro órgano corporal, como cerebro, corazón, vasos sanguíneos, sistema nervioso y sobre todo en la personalidad del individuo. Un aspecto a destacar es que la mujer es más propensa a los daños del alcohol, pues produce menos acetaldehído deshidrogenasa que el hombre.
El consumo excesivo de alcohol, definido como más de 5 bebidas al día, puede jugar un papel importante en el desarrollo de hipertensión arterial, aterosclerosis, enfermedad isquémica del corazón, derrame cerebral y es muy propenso al desarrollo de arritmia cardíaca y muerte súbita. Debemos resaltar que el alcohol ejerce un efecto deletéreo sobre la función de la bomba del corazón, disminución de la contractibilidad, miocarditis y finalmente una miocardiopatía dilatada (insuficiencia cardíaca).
La arritmia más frecuente producida por el alcohol es la fibrilación auricular (trastorno del ritmo), que también es conocida como “el síndrome de la fiesta cardíaca”, porque sucede en los fines de semana o días feriados porque se presenta después de una gran bebentina.