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La honra del legado duartiano

El pueblo dominicano no ha transitado el camino trazado por Duarte para recuperar la esencia de su mensaje y sacrificio, dignificando con orgullo su obra. Debemos aceptar que los enemigos locales e internacionales del Patricio son los mismos que hoy atentan contra nuestra nacionalidad. Prueba de ello es la conspiración de la desinformación sobre nuestros valores patrios hacia las nuevas generaciones. Pensamos que es hora de que una de las prioridades en la agenda nacional sea la preservación de nuestro compromiso hacia su legado, con la necesidad de apegarse al crecimiento en valores en una sociedad donde la inversión de los mismos se manifiesta a todos los niveles y donde la figura nacionalista de Juan Pablo Duarte debe ser innegociable y colocada en un contexto donde la soberanía de nuestra patria sea la esencia de nuestro honor. El traidor se auto destruye al enfrentarse a una convicción que lo acorrala en las redes de la indignidad y el engaño, ya que no puede conceptualizar que el honor de nuestra identidad es el triunfo prodigioso de la libertad, y la conquista gloriosa de nuestra independencia. Interpretando el Juramento Trinitario pensamos en la traición que hoy nos afecta, que en su momento, ante Dios y los verdaderos dominicanos, se hará justicia. Hoy recibimos del Instituto Duartiano la honrosa distinción de ser Miembro de Honor de la misma, y la oportunidad de morir apegado a la autodeterminación e identidad que Duarte nos legó. 

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