McLuhan vence a Marx

En las democracias occidentales ya no hay lucha de clases sino de medios. Por ejemplo, en Italia, el magnate de los medios y antiguo primer ministro, Berlusconi llevó esa expresión hasta las últimas consecuencias de su práctica política, por lo que ella es desde entonces motivo de sesudas reflexiones de politólogos, sociólogos y periodistas.

Por deformación sociológica podríamos decir que McLuhan ha vencido a Marx. Y es que ya las elecciones, como los juicios, se ganan en los medios y las redes sociales y no en las urnas o los tribunales, que sólo sirven para confirmar y legalizar resultados, sentencias, percepciones, relatos vencedores que lo medios/redes van creando. Por ejemplo, antes que en los tribunales de la República, el juicio por las quiebras bancarias (2003) se realizó primero en tres diarios opuestos entre sí, empoderados para la ocasión y “arregladitos como para ir de boda”).

Las elecciones se van perdiendo o ganando en nuestros grandes oráculos mediáticos o cibernéticos. Al fin, los expedientes, las crónicas y los “dossieres” no bajan del cielo, ni son hongos inocentes que brotan espontáneamente de la tierra durante las lluvias de otoño. No. La objetividad periodística es una mentira bien redactada, una utopía, una aspiración. Nada es casual, ni en el periodismo de hoy ni en la política de ahora, y mucho menos en el amor donde según Serrat hasta el azar es caprichoso, “yo estaba donde no tenía que estar/ y pasaste tú/ como sin querer pasar”, ¡ay!

Mientras la vieja dicotomía izquierda-derecha se diluye ante un sistema de partidos sin principios ni finales, capaz de ir de Bosch a Balaguer, de Trujillo al Che, pasando por Allende y recalando en Mussolini, (un sistema de partidos pragmático como un bombero), vemos cómo ya las diferencias entre sus actores (políticos y partidos) remiten más a porcentajes empresariales, asignaciones a ONGs en altas o bajas cortes, a comisiones contractuales, a “lubricaciones jurídicas” y facilidades casi todas, que a ese aire/oxígeno ético y normativo que debería ser la ideología política. (El que no sabe para donde va…ya llegó).

¿Quién habla de socialismo democrático en el PRD/PRM? ¿Qué representa Adenauer para el PRSC? Salvo para la demagogia, ¿para qué sirve el boschismo en los dos PLD? No, ya no hay lucha de clases sino de medios/redes. Este no es el tiempo de Marx sino de McLuhan, Castells o Byung-Chul Han. ¡Amen!