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Rompe el hábito de sabotearte la vida

“La tarea que debemos establecer para nosotros mismos no es estar seguros, sino ser capaces de tolerar la inseguridad”.

Erich Fromm

Si eres de las personas que están constantemente haciendo planes que nunca se materializan, antes de pensar en la buena o mala suerte, piensa si tus pensamientos o miedos se han convertido en tus aliados o en tu peor enemigo.

El autosabotaje surge cuando percibimos que nuestros recursos –materiales o emocionales- son insuficientes frente a las situaciones que estamos viviendo. Entonces buscamos comportamientos que funcionen como escudos de protección, de manera que no podamos ser evaluados por los resultados obtenidos.

En este artículo quisiera mostrarte algunas situaciones que te convencerán de que muchos de los retos percibidos como situaciones amenazantes o complicadas son miedos inconscientes a veces irracionales, en hacerle frente a situaciones que no podemos o no sabemos cómo resolverlas.

Cabe destacar que los miedos tienen su cara positiva y nos sirven para protegernos de peligros y situaciones que afectan nuestra seguridad y que por ende son importantes tenerlos en cuenta para saber diferenciarlos.

Existen muchas formas de autosabotearnos.

La más popular es procrastinar, el hábito de dejar lo que debemos hacer para otro momento y el otro momento nunca llega o lo hacemos en el último minuto. Aquí incluimos cuando abandonamos algo que iniciamos, sea la carrera, cursos, proyectos sin haberlos terminado. Este tipo de autosabotaje nos protege de ser evaluados por los resultados, ya que no los concluimos.

Autosabotaje surge cuando percibimos que nuestros recursos

Autosabotaje surge cuando percibimos que nuestros recursos

No puedo dejar de mencionar la conducta de negar nuestros deseos bajo las excusas de que no nos gusta, o no necesito o para que quiero tal o cual objeto de lujo. El escudo presentado surge a consecuencia de un sentimiento de no merecimiento o incapacidad de lograr un objetivo.

Apartarse de asumir responsabilidad a la hora de tomar decisiones es por igual un escudo de protección. Cuando lo hacemos no somos conscientes de que, al evadir responsabilidad nos alejamos de la posibilidad de lograr resultados importantes. Este escudo también pudiera albergar el miedo a no saber cómo gestionar el éxito y contribuye a desarrollar una personalidad evasiva o esquiva.

Muchas veces el origen de estas conductas proviene de hogares híper protectores, donde nos cuidaron excesivamente, limitando la percepción de nuestras propias capacidades. Lógicamente en la vida adulta cuando la protección familiar es menor, el autosabotaje se hace cada vez mayor.

En conclusión, existe una relación muy estrecha entre el autosabotaje y la baja autoestima. El reto es enfrentar nuestros miedos y despojarnos de estos escudos, ya que al evitar situaciones complicadas nos privamos de la oportunidad de generar nuevas capacidades, de mejorar las que ya poseemos y la consecuente experiencia que se deriva de las mismas.

Una vez seamos conscientes de que actuamos bajo el efecto de estos mecanismos de defensa, lo recomendable es auxiliarnos de un profesional que nos ayude a reconocer esos patrones para romper el círculo vicioso que lo alimenta.

La autora es Entrenadora Internacional en PNL.

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