En salud, arte y sociedad

De la “rica recesión” a la resiliencia de la felicidad

La Economía y las Finanzas integran el mundo artificial, humano.

Saberes y técnicas que no existen en la naturaleza sino como cultura acopiada y activa. Para construirlas, un extenso proceso de observación, racionalización, sistematización y verificación ha estado desarrollándose. Su resultado condensa en paradigmas: ideas o conceptos sobre fenómenos y procesos de los cuales la humanidad ha tenido “noticias” por las oportunidades, inmediatas o mediatas, de accederlos para adjetivarlos.

Las ciencias acumulan ese saber, creando más detalladas y enriquecidas episteme: acopio de lo conocido y aprehensible desde distintas praxis humanas dadas como conjunto de saberes-pensamientos y habilidades.

La Economía forma parte de ellos. Una ciencia también regida por un poderoso sistema de convenciones: presupuestos que no existen en la naturaleza sino que se dicen como medidas y entendimiento de los resultados de los procesos de producir e intercambiar, consumir y acumular bienes y servicios entre personas y comunidades.

Esta idea a veces hace cínicos los postulados económicos y un tanto engreídos, al intentar postular como absolutos e invariables situaciones y hechos que no se articulan en las ciencias, los saberes, sino en la aplicación de conductas observadas como resultados y beneficio/pérdida de determinados actores y conglomerados. La economía sería una psiquiatría sobre la producción, los mercados y la riqueza-pobreza. De las conductas comprobadas, postularía otras posibles o esperables.

Entre las sin verificación previa llama la atención la designada con el término “recesión de riqueza”. Según Elizabeth Buchwald de “USA Today”, fue acuñado “por el reportero del Wall Street Journal Justin Hahart” a inicios de enero, 2023: para “describir una recesión que perjudica de manera desproporcionada a las personas ricas” (¡sic!). Alude la “mala” racha que ralentiza el consumo de redes sociales en el mundo, afectando a sus beneficiarios tecnológicos estelares: Elon Musk, “Jeff” Bezos y Mark Zukerberg de Twitter, Amazon y Meta, respectivamente.

La recesión no afecta a todos: según el Buró estadounidense de Análisis Económicos (bea.gov), USA creció +2.0% en el 1er trimestre, 2023. Sin embargo, “Las ganancias disminuyeron 4.1%” después de ser +29.4% (2020), +6.8% (2021) y +3.0% (2022); pese al incremento, en el 1er trimestre 2023, del valor agregado en los servicios en +2.6%; de la producción de bienes, -0.7%. “15 de 22 grupos industriales contribuyeron” a aumentar el PIB del período.

Teóricamente, las recesiones echan todo abajo, y no está siendo así en la economía estadounidense, cuyo dinamismo exhibe los músculos de su determinada resiliencia.

El bea.gov explica el crecimiento por los crecidos gastos del consumidor, del Estado y los gobiernos locales, las exportaciones y la inversión fija no residencial. Juntas, compensaron la disminución en inversión privada en inventario y fija residencial; también el aumento de las importaciones.

No configuran un clima recesivo un IPC creciendo +3.8%; tampoco el gasto personal de +4.1% y el industrial: +4.9%, excluyendo alimentos y energía. Por los aumentados ingresos personales (+US$278.0 mil millones); personal disponible (+US$587.9 mil millones, +12.9%), la renta personal disponible, (+8.5%) y la tasa de ahorro personal (% del ingreso personal disponible): +4.3%.

Aunque algunos pregonan “¡inflación!, “¡inflación!, para su resiliencia feliz, ¿la economía dominicana podría anclarse más a la estadounidense?