Se invierten los papeles (¿)
Por razón de espacio, solo unos párrafos (lo mejor visto del penoso caso PN-fiscal en Higüey) escritos por el abogado y catedrático universitario David La Hoz, que compartimos de cabo a rabo:” La reforma policial, que se dice en curso, mostró su rostro en la actitud que asumió una patrulla policial en Higüey frente a una superior de ellos: una fiscal.
Habría que ser muy tonto para creer que de haber sido un coronel de la policía quien estuviese manejando un auto sin placa y no una fiscal, la actuación hubiese sido la misma.
Es decir, la instrucción reformadora que están recibiendo nuestros policías no llega a concientizarlos sobre quién dirige la investigación y quién tiene la autoridad constitucional en materia judicial, como tampoco a cuáles integrantes del poder civil se debe respeto, lo mismo que a cada ciudadano.
El hecho muestra al país el grado de indigencia con que se encuentra operando el Ministerio Público; el grado de avituallamiento que exhiben los policías contrasta con el de la fiscal. Esta solo tenía sus uñas, un celular y su dignidad ultrajada para defenderse, mientras que los monstruos poseían de todo: buenos vehículos, buenas armas, buenos uniformes con chalecos antibalas, armas cortas y largas e incluso un cuartel. La fiscal nada. Esa miembro del MP debió estar acompañada – como los policías- de chofer, escolta y arma, tal como lo ha establecido la sentencia del Tribunal Constitucional 135-20.
Dice el más alto tribunal dominicano que:” Partiendo del fin perseguido por el legislador, consideramos que no incluir entre los beneficiarios de la Ley 631-16 a los jueces y miembros del MP viola el principio de igualdad”. Indica el tribunal que ese cuerpo ha de tener derecho a un arma de por vida, dada la cara labor que realizan, y como manera de poseer la dignidad de lugar para no sufrir ultrajes. El hecho de que la opinión pública está dividida mitad a mitad ante el hecho sobre ¿quién defiende la Constitucion, la fiscal o la policía?, dice mucho de nuestra civilidad.
Necesitamos una policía profesional y respetuosa del MP. Los cuerpos armados deben obediencia al poder civil, pero en el caso que nos ocupa, no fue eso lo que vio el país. Una infracción de tránsito, una contravención, fue castigada con coacción de la libertad de transito y con agresiones físicas y verbales en instancia policial.
A pesar de ello, algunos piensan que quien fallo fue la fiscal. En un polo turístico, donde debe haber un cuerpo bien entrenado en civilidad, manejo de conflictos e inteligencia emocional. Simple, la Policía, y su reforma a cuesta, se quemó. ¿Cómo quedaba el país, si la fiscal hubiese sido una turista? (…) Agrego: uniforme y fuerza no dan la razón ni hacen superior (¿).