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Tribuna del Atlántico

Una serie de eventos desafortunados

Daniel Handler escribió, con el seudónimo de Lemony Snicket una serie de 13 libros, con este título, en inglés, A Series of Unfortunate Events, llevada al cine en 2004 con Jim Carrey y la mítica actriz Meryl Streep, para mí, la más grande de todos los tiempos.

Más recientemente Netflix sacó una serie que no he visto. En esencia, es la historia de los Baudelaire, un incendio destruye la casa paterna y quedan huérfanos, desde ahí todo es infortunio al ir a vivir con un primo tercero, el Conde Olaf.

El poeta y político Tony Raful, ha escrito bastante sobre el azar como categoría histórica, Joaquín Balaguer que se auto definía como destinista, solía temer a ciertas fechas, como la de su cumpleaños, por ejemplo y creía en las rachas, serie de eventos negativos o positivos.

Las series de eventos afortunados o no, son como las bolas en la ruleta, hasta que para de rodar no se sabe si hay buena o mala suerte.

En las últimas semanas el Gobierno parece haber entrado en una racha de eventos desafortunados, que comenzó con un signo claro de los tiempos, una nota de voz de una directora regional de Salud, conminando con amenazas a las empleadas de su institución a participar en un acto de mujeres del PRM, so pena de ser sustituidas de sus cargos. La señora fue suspendida y luego sustituida de sus funciones, pero el asunto no quedó ahí, hay otras amenazas similares, incluyendo la directora del distrito escolar 11 01.

A la par de estos hechos se destapaba el doloroso episodio del incremento desmedido en las muertes neonatales en los hospitales del país.

Antes el país ha estado al tanto de la insólita situación en la Dirección General de Pasaportes donde se acabaron las libretas, provocando una crisis cuyas consecuencias aún padecemos con largas filas y semanas de espera para poder hacer la renovación del instrumento de viajes.

El cenit de esta cadena de eventos desafortunados lo ha protagonizado la semana pasada el ministro de Medio Ambiente, quien, en momentos en que estaba como la arepa, candela por todos lados, por los fallos de su gestión, en un acto de “transparencia”, se despachó con la denuncia de una nómina irregular, el pago de un millón de pesos mensuales, a gente de un periodista.

La reacción de Guillermo Gómez, el periodista aludido, no fue sino, admitir la realidad, diciendo que se trataba de compañeritos del partido que trabajaron por la victoria. Ni que decir de la reacción del presidente de la Cámara de Diputados, quien defendió la memoria del ministro fallecido de forma dura, con fuertes calificativos para el actual.

Como para que no quepa dudas de que estamos ante una cadena de hechos desafortunados, mientras se incrementan los hechos violentos, resurgen las bandas en barrios populosos, descubrimos que el 70% de las escuelas no tiene policía escolar, que el vapeo es el deporte preferido en los planteles y la Cámara de Cuentas dice, lo que todos sabíamos, que en la millonada pagada a los artistas hubo irregularidades.

El sazón final, lo pone el ministro de Educación que revela los millones que pagaba de modo irregular su predecesor, ficha clave de su partido.

El gobierno anuncia “Un cariñito para las madres”, tarjetazo de 1,500 pesos para un millón de madres, tal vez con la esperanza de que inicie un ciclo nuevo, una racha más positiva de eventos, o de sacudirse la sal de estos días.