CONTANDO LOS HECHOS

¿Le quedan mil años a la humanidad?

El físico teorético espacial cosmólogo, el inglés Stephen Hawking declaró, poco antes de morir, en 2018, que diferentes circunstancias negativas amenazaban a la especie humana y la vida en la tierra.

Se refería Hawking a frecuentes incidencias de la naturaleza, como los terremotos, volcanes, pandemias, potenciales asteroides y cometas que podían impactar a nuestro planeta, igual que la casi segura ocurrencia de enfrentamientos nucleares.

Llegó a señalar que estos fenómenos podían producir la eliminación de la vida en el planeta en el transcurso de mil años.

Llama la atención el hecho de que él señalara que la primera alternativa de búsqueda de un lugar donde sobrevivir sería encontrar otro sitio dentro del sistema solar. Aunque esto pueda sonar razonable al principio, sabemos que dentro de nuestro sistema solar ningún otro planeta reproduce las condiciones que están dadas en la tierra, por lo que no encontraríamos un ambiente de hospitalidad adecuado para permitir nuestra vida allí.

Aunque recientemente se han detectado condiciones mínimas de posibilidad de vida en algunos satélites, particularmente de Júpiter y Saturno, ninguno de estos es comparable con las de nuestro planeta.

El universo aloja diferentes tipos de vida que germinan en millones de cuerpos celestes, pero que cada tipo de vida desarrolla las características que les permite su medioambiente, por lo que las interacciones entre los variados tipos de vida serían muy escasas, o casi nulas. Hawking también dijo que, de no encontrar un sitio en el sistema solar, podíamos buscarlo en el espacio exterior más profundo.

Es difícil entender que el ser humano pueda pretender desplazarse a millones de años luz, porque su condición biológica haría ridículo emprender esas aventuras.

Creo que todas las condiciones nos indican que somos presos del ambiente que nos ha creado y que resultaría ilusorio buscar asentarnos en cualquier ambiente ajeno y diferente al que nos da la vida.

Por tanto, resulta muy difícil aceptar el planteamiento de que seres extraterrestres nos hayan visitado o estén pretendiendo acercarse.

Eso resulta totalmente imposible si hacemos uso de los conocimientos que, hasta ahora, hemos acumulado como especie humana.

Lo que no podemos negar es que la capacidad de imaginación de nuestro cerebro es tan amplia y fértil que nos permite entender que todo lo que llegamos a concebir podemos convertirlo en realidad. ¿Hasta dónde llegaremos?