PEREGRINANDO A CAMPO TRAVIESA

Gioberti, el jesuita moderno y Roothaan, S.J.

Italia logró su unidad política en 1870. Durante el siglo XIX, se sopesaron varios modelos. Así, Vincenzo Gioberti propuso en 1843 una federación de estados italianos bajo la presidencia del papa y el poder militar del Rey de Cerdeña. 

En la segunda edición (1845) señalaba a los jesuitas como el principal obstáculo para la unidad italiana, “por estar ligados a regímenes despóticos”. Los jesuitas ripostaron y Gioberti les lanzó “Il Gesuita moderno” (1847). Acusaba a la Compañía “de trabajar más por su prestigio que por la gloria de Dios, y que por esto era enemiga de toda libertad que pudiera minar su predominio”. 

Pío IX privadamente desaprobó la obra y en público se quedó en expresiones de aprecio a los jesuitas. Al estallar la revuelta en Roma en 1848, el superior general jesuita Roothaan huyó. Entonces, Pío IX en privado le indicó algunas correcciones a Gioberti. Cuando el mismo Pío IX en 1849 tuvo que escaparse de Roma disfrazado, el libro fue puesto en el Índice de libros prohibidos.

Luego de la revolución francesa y la era napoleónica (1789 – 1814), al igual que la mayoría de los católicos; papas, obispos y jesuitas eran monárquicos, se oponían a la separación de la Iglesia y el Estado, la tolerancia de todo lo que no fuera catolicismo, la libertad de prensa, el matrimonio civil y la educación laica. Con algunas excepciones (Bélgica, Polonia e Irlanda) el catolicismo se alineó con el autoritarismo. Por su parte, los que defendían la libertad para todos, se la negaban violentamente a la Iglesia católica.

Los jesuitas fueron expulsados de Portugal junto con todas las congregaciones religiosas (1834). En 1835, quince jesuitas murieron en el asalto al Colegio Imperial de Madrid y la Compañía fue expulsada. Desde 1845 los jesuitas no podían ejercer en Baviera. La Constitución Federal Suiza prohibía a los jesuitas desde 1847. En 1848 los jesuitas fueron expulsados o maltratados en Italia. Tras escapar de Roma, el General jesuita visitó Francia, Bélgica, Holanda, Alemania, Inglaterra e Irlanda.

Cuando Roothaan asumió en 1829 los jesuitas eran 2,137, al morir (1853) alcanzaban los 5, 209. Entre 1844 a 1854, los colegios jesuitas crecieron de 55 a 100. Había jesuitas en las dos Américas, Asia, África y Australia. Y casi uno de cada cinco jesuitas (19.5%) trabajaba en las misiones de ultramar.