Es tiempo
Recientemente tuve la oportunidad de ver, en una entrevista radial, al licenciado Francisco Javier García en un ejercicio deconstructivo de la última encuesta realizada por la firma Gallup. Y digo que fue un ejercicio deconstructivo porque, en verdad, con la desenvuelta autoridad argumentativa a que nos tiene acostumbrados, diseccionó dicha encuesta dejando ver, variable por variable, la infinidad de perspectivas que ofrece para su interpretación, pero al mismo tiempo los puntos clave para una adecuada comprensión de esta. Y más aún, con su proverbial habilidad para el debate, puso en manos de los peledeistas, y de quienes tienen simpatías por ese partido, los instrumentos que pueden servir de base para su defensa con relación a la estima de que aún disfruta. Tan seguro estoy del buen desempeño que tuvo, y del grado de utilidad que tendrían para el PLD las argumentaciones que hace sobre la encuesta Gallup el licenciado Francisco Javier García que, sin temor a equivocarme, me atrevo a recomendarles a las altas instancias de ese partido organizar una alocución de este coloso de la argumentación -a través de una amplia cadena de radio y televisión- en el marco de la cual exponga en detalle todas las aristas de aquella. Y es que, en lo que respecta al PLD, el debate sobre las preferencias electorales de la población reclama de actores que, como Francisco Javier García, aparte de ser dueños de un indiscutible abolengo para la discusión pública, representen esa formidable estirpe de hombres y mujeres formados en la escuela política creada por el profesor Juan Bosch que fue capaz de proyectar un PLD con sobrado acerbo para dirigir el Estado. El PLD no se puede distraer ahora atendiendo a los que, interesados en su hundimiento y desaparición, les señalan la supuesta necesariedad de mostrar rostros nuevos como expresión de renovación partidaria que le reportará baza alguna en la partida política que se jugará en 2024. ¡Falso! Más bien, debe callar algunos legos -con honrosas excepciones- exponentes de un tartamudeo político que evidencia inseguridad y en nada reivindican los dolores y sudores de las bases que lucharon para construir ese partido. Debe mantenerse apegado a los principios que le dieron origen, o regresar a ellos; apelar a la demostración y recordación de todos sus grandes aportes al país, pero utilizando para ello las figuras emblemáticas que fueron capaces de llevarlo cinco veces al Palacio Nacional. Francisco Javier las representa muy bien. Es tiempo de esos gallos.