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Contraste…

El pasado viernes nuestro país fue objeto de dos valoraciones diametralmente opuestas donde, por un lado, quedó manifiesta la perversa intención de lastimar la soberanía nacional, y por el otro, el adecuado criterio a la autodeterminación de los pueblos.

Paradójicamente, y el mismo día que el Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, Volker Türk, criticó, bajo infundados argumentos de “violaciones y abusos sistemáticos”, la repatriación de haitianos ilegales, el expresidente del gobierno de España, Felipe González Márquez, reconocía a República Dominicana como la nación más solidaria con el vecino país y el derecho a establecer sus propias pautas migratorias.

Un interesante claroscuro que evidencia la irresponsabilidad de tipos, como Türk y sus jefes de la ONU, que insisten en la perversa intención de buscar en este lado de la isla la solución a los terribles males de Haití, en contraste con la postura sensata e institucional de figuras como González Márquez, el presidente español que más tiempo (1982-1996) ha ocupado el cargo.

Y es que la posición de Volker Türk representa la indolencia de una comunidad internacional sorda ante llamado de auxilio del Estado haitiano que clama por una intervención militar que los libere del terror de las bandas criminales, pretendiendo desconocer el sagrado derecho de los dominicanos a protegernos de esas consecuencias.

Afortunadamente el gobierno dominicano ha reaccionado contundentemente ante esta insolencia recurrente, dejando claro que hará valer nuestra soberanía y que los problemas de Haití, hay que resolverlos en Haití.

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