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La inserción laboral de los jóvenes

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P. José Pastor RamírezSanto Domingo

Al padre de los jóvenes, san Juan Bosco, junto a otros santos del siglo XIX, se le denominó santos sociales por su modo de leer, interpretar y dar soluciones a la realidad familiar y social de aquel momento. Se estaba perfilando una nueva Italia que no excluía las turbulencias revolucionarias y cambios políticos importantes. Tales transformaciones además de conquistar libertades y de lograr empoderamiento de grupos sociales, también generaron males sociales como: exclusión, pobreza, hambre, falta de educación, serias dificultades para obtener un puesto de trabajo, sobre todo a los jóvenes. Cuando se obtenían estas plazas laborales primaba la explotación de los patronos, por no existir leyes que regularan su actuación en relación con los obreros.

Confirma José Miguel Núñez que los aportes de Don Bosco en materia de trabajo, condiciones laborales y promoción de las clases populares hacen de él un referente importante en al ámbito de la educación, de la justicia social, del diálogo intercultural y de la construcción de sociedades inclusivas y garantes de los derechos universales. Enfrentó los rígidos cánones de la sociedad burguesa de su tiempo para intentar hacer surgir una realidad diferente, con más oportunidades, sobre todo para los jovencitos que él denominaba “pobres y abandonados” en la periferia de Turín.

Precisamente el próximo día 11 de febrero se cumplen 176 años del primer contrato de trabajo elaborado por Don Bosco a favor de los muchachos. Considerado como el primer contrato de trabajo moderno porque muchas de sus cláusulas entraron luego en la práctica normal de las relaciones laborales y porque, por primera vez, un documento a cuatro firmas establecía una alianza que sigue siendo inspiración para el trabajo de los formadores: la existente entre el empleador, el trabajador, la familia del aprendiz y el educador. Don Bosco formaba e insertaba laboralmente a sus muchachos; así lo refieren las Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales: “En cada año se ha logrado colocar a varios centenares de jóvenes junto a buenos empresarios con los que han aprendido un buen oficio.

Muchos volvieron a sus casas y a sus familias de donde habían huido; y ahora se mostraban más dóciles y obedientes. No pocos fueron empleados en honestas familias (...) bastantes de ellos encuentran trabajo en las bandas de música de la guardia nacional o en las bandas militares; otros continúan su oficio en nuestra casa; un número importante se dedica a la enseñanza; estos hacen regularmente sus exámenes o quedan aquí en casa y van en calidad de maestros a los pueblos en que se les requiere; algunos hacen también carreras civiles”.

Los salesianos continuando con esta vocación de defensa de los jóvenes trabajadores y del primer empleo, heredada de nuestro fundador, firmaremos en los próximos días un acuerdo de colaboración conjunta con el Ministerio de Trabajo dominicano, para impulsar la empleabilidad juvenil. Anhelamos que los egresados de nuestros politécnicos y centros educativos salesianos logren su primera plaza laboral; porque hay que combatir la pobreza asegurando trabajo.

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