Los jesuitas y el Tratado de Límites

Clemente XIV suprimió la Compañía de Jesús en julio de 1773. Entre 1750 y 1773, varias monarquías europeas expulsaron de sus dominios a la Compañía de Jesús, a fin de someter a la Iglesia católica. Luego de la muerte de Clemente XIII el 2 de febrero, 1769, el objetivo era elegir un papa que estuviera dispuesto a suprimir en el mundo entero a los jesuitas.
El historiador francés Jacques Lacouture (1991 edición francesa) hizo cinco observaciones sobre estos años: los monarcas que expulsaron a los jesuitas eran déspotas ilustrados, es decir, hombres con ideas progresistas que querían actuar a favor del pueblo sin el pueblo. Uno de los puntos capitales era someter todas las instituciones al poder del monarca, también a las ricas jerarquías católicas, cuya primera línea de defensa, eran los jesuitas, “granaderos del papa” los llamó D’ Alembert.
Segundo, los jesuitas eran más ilustrados que sus enemigos jansenistas, el parlamento de París y los alguaciles portugueses. Nadie los acusó de atrasados.
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