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“Y ahora, ¿qué vamos a hacer con Johnny Abbes?”

En unos interesantes trabajos publicados por el poeta Cándido Gerón, amigo querido y gran escritor, sobre revelaciones de diversos tópicos políticos y literarios, el Dr. Balaguer aborda con él, unas afirmaciones sobre el socorrido caso de la desaparición en Haití de Johnny Abbes, jefe de los Servicios de Inteligencia de la dictadura en los últimos cinco años del largo adiestramiento despótico del Estado dominicano. Dentro del ejercicio crítico y de seguimiento histórico me permito hacer algunas precisiones. La primera de las observaciones es la inexactitud de la versión dada por el Presidente Balaguer, en el siguiente sentido: “…tomó de la mesita colocada al lado de su sofá-cama el libro con relación a las Memorias de Johnny Abbes y me dijo: “poeta Gerón, esto es risible, esto es un fraude literario; Johnny Abbes no tenía capacidad para escribir esto, él solo tenía capacidad para hacer informes de inteligencia con toda la perversidad posible; capacidad para el crimen, la maldad, la de torturar y perseguir gente contraria o sospechosa de la Era de Trujillo”. Discrepamos de esa aseveración, parcialmente. Abbes escribía directamente los editoriales que la emisora terrorista Radio Caribe difundía por sus frecuencias. Llenas de odio, dichas opiniones eran elaboradas por Abbes, según atestiguan periodistas y personas que estuvieron presentes de manera directa o indirecta en dicha emisora, donde laboraban dentro la producción diversa que acompañaba el programa de esa planta. Abbes tenía no solo capacidad ilimitada para la sevicia, sino que escribía con cierta ilación y apropiación literaria. Al respecto recuérdese que Abbes presidió instituciones periodísticas o de comunicación deportiva, compartió tertulias de cronistas y comentaristas deportivos en una famosa "peña" de una farmacia de la calle El Conde, antes de ingresar al servicio exterior como cancerbero de la tiranía. Incluso fue reconocido antes de ser investido por Trujillo en su misión diabólica en México en 1956, por los cronistas deportivos como figura destacada. Disiento de la opinión del Dr. Balaguer, de que “sólo tenía capacidad para el crimen, la maldad, la de torturar…”

El Doctor Balaguer revela que en su conversación con Ramfis Trujillo, él le pregunta, “¿Y ahora, qué vamos a hacer con Johnny Abbes?”, y Ramfis, le respondió: “Nómbrelo bien lejos, nómbrelo como cónsul en Japón y cuando se dirija a tomar posesión, destitúyalo”. Balaguer agrega que, “eso hice y según la información, horas antes de abordar en el Aeropuerto Internacional de New York, la línea Pan Am que viajaba desde allí a Tokio, Johnny Abbes, recibió la noticia de parte de la embajada dominicana en Washington de que había sido destituido”. Se deduce entonces, que Abbes no llegó a tomar posesión de su cargo consular en Tokio. Tuve en mi poder la constancia de que sí tomó posesión en Tokio, y algo más, que se casó en matrimonio civil en la Embajada dominicana de Japón, con una joven dominicana. De Ciudad Trujillo, viajaron a Tokio, varios dominicanos como testigos. Abbes permaneció como Cónsul hasta septiembre de 1961. Su tragedia fue la cancelación de sus pasaportes, tanto consular como ordinario, por lo cual obtuvo en 1963 una “carta de ruta” del Embajador dominicano en Bélgica. Antes de desaparecer en 1967, reclamó al Embajador dominicano en Haití que intercediera ante Balaguer, para que se le entregara pasaporte dominicano. (Continuará).