Locutores
Así nos llaman a los que generalmente usando un micrófono presentamos programas musicales, noticias, entretenimientos variados, opiniones generales, anuncios comerciales o presentaciones en un escenario ante un público en vivo, en cuyo caso nos dicen animadores o presentadores. El locutor clásico normalmente tiene una voz clara, de tono más bien grave, y una buena enunciación de las palabras.
Cuando llegué a la HIZ, en el 1953, encontré un grupo de profesionales de la locución del que Frank Hatton, su dueño, se jactaba en decir que era el mejor grupo de cualquier emisora en el país. Allí estaban las voces redondeadas y de tonos medios de Manuel Ruiz Bastardo, Alfonso Martínez, Fernando Casado, Oscar Iglesias, César Federico Larancuent y Freddy Mondesí. Julio Alfredo Fabián Damirón era el de la voz más potente del grupo. Billy Berroa y Félix Acosta Núñez eran los cronistas deportivos. Era obvio que mi vocecita no se acercaba para nada a esos niveles. Mi especialización en la música norteamericana y hacer el programa en inglés fue lo que me brindó la brecha de apertura.
En Radio Televisión Dominicana, el elenco de locutores, también comandaba respeto. Allí estaba la voz firme de Ramón Rivera Batista y el estilo intelectualizado de Bubito Félix. Tambien se escuchaban las voces de Héctor J. Díaz, Juan Llibre, José Antonio Núñez Fernández, Bruno Pimentel, Rafael Gómez Acevedo, Francisco Grullón Cordero, Hugo Gómez Batista y Pedro Pérez Vargas.
En el canal 7, se hicieron notables las voces de Papi Quezada, César Bobadilla, Daniel Díaz Alejo y Federico Astwood. En el ámbito abierto no podemos dejar de mencionar las excelentes condiciones de Rafael y Frank Arredondo, de Rhadames Aracena, Nobel Alfonso, y Rodolfo Espinal. En el ámbito internacional, resultaron impactantes las voces en español de Carlos Montalbán, John Gress y Buck Canel.
¿Cuántas veces le ha sucedido a usted que oye una voz y piensa inmediatamente que debe ser un locutor profesional y sin embargo no lo es? Eso me ha sucedido a mí, especialmente, las veces que he escuchado las voces del alto ejecutivo de turismo, Simón Suárez, y del profesional de servicios aeronáuticos, Henry Azar. Aunque son dos exitosos profesionales de sus tareas, pienso que la locución se los perdió. Tenemos el caso de René Alfonso que ha sabido usar su magnífica voz como locutor y su profesión de arquitecto concomitantemente. Osvaldo Cepeda y Cepeda con su tono grave ha recorrido toda la gama, desarrollando más la especialización en los desfiles militares en los que no ha tenido competencia.