Caos capitalino
Cuando le montan un restaurante, una cafetería, una tiendita frente a su casa, o en la cuadra donde está su vivienda, usted podría pensar que tendrá ‘a la mano’ unos servicios que puede necesitar, pero no se imagina el suplicio que le espera. Su tranquilidad y/o seguridad quedan comprometidos y con tendencia a deteriorarse.
Es lo que ocurre en la principal zona de desarrollo residencial de la Capital: Naco, Piantini, Serrallés, Evaristo Morales, Fernández, Julieta, Paraíso, por ejemplo, donde cada día se levantan nuevas y modernas torres de apartamentos.
Este desarrollo ha llevado a la instalación, sin control, de todo tipo de negocios, que reciben los permisos para operar un restaurante, un bar, una cafetería, una tienda, un colegio, por ejemplo, sin que dispongan de los servicios mínimos -parqueos, control de ruidos, basura, agua potable-, teniendo los residentes que soportar las groserías de esa nueva ‘plaga’ que se denomina ‘valet-parkings’ y/o los insultos de taxistas, que traen y llevan pasajeros a esos negocios y/o las insolencias de los ‘deliverys’.
La Alcaldía, la Policía, los Diggesett, goo¡bien, gracias! Salté de susto y espanto cuando visitando unos familiares en urbanización Fernández escuché detonaciones alrededor. Pero no. Eran unos trabajadores, que en plena tarde de domingo, desmontaban utensilios de catering en la marquesina de una casa convertida en negocio mientras un furgón de 40 pies restringía más la estrecha vía. Es un caos capitalino que va en progreso rápido y que apunta a una arrabalización peor de la que hoy sufrimos... y no se queje, porque lo estigmatizan y descalifican como ‘opositor a la gestión’. Ufff