Financiamiento político e incentivos económicos a mujeres candidatas

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Yanit E. PujolsMagíster Derecho Electoral y Procesal Electoral

El presente escrito lo iniciaremos desarrollando la conceptualización del financiamiento político establecido en el Diccionario Electoral CAPEL, definida como la problemática relacionada con el origen, destino, manejo y fiscalización de los recursos utilizados por los partidos para el sostenimiento de su actividad ordinaria y los recursos invertidos por partidos y candidatos durante las campañas electorales.

Sobre esa premisa, es importante establecer la existencia o no de financiamiento o incentivos económicos a mujeres candidatas en la legislación dominicana o normas estatutarias de los partidos políticos, lo cual nos conllevará a realizar un análisis de la Constitución vigente, y la normativa político electoral consagrada en la Ley Orgánica de Régimen Electoral No. 15-19 y la Ley de Partidos Políticos, Agrupaciones y Movimientos Políticos No. 33-18.

Al respecto, la Constitución dominicana, consagra desde el artículo 208 hasta el 216 las disposiciones del sistema electoral. Asimismo, la ley 33-18, dispuso desde el artículo 59 hasta el 64 lo relativo al patrimonio, financiamiento y supervisión de fondos de los partidos, agrupaciones y movimientos políticos. Posteriormente, la Ley 15-19, estableció desde el artículo 202 hasta el 206, lo relativo al presupuesto de gastos de campaña, especificando los conceptos de los referidos gastos.

Concluyendo el análisis del referido marco legal, observamos que el legislador no consagró diferencias con relación a la asignación de los fondos asignados en el presupuesto de los partidos para financiar las campañas políticas de los hombres candidatos y las mujeres candidatas. Sin embargo, en la práctica política electoral las estadísticas y los informes oficiales de participación de la mujer evidencian que aún persiste una brecha considerable para lograr el apoyo financiero sustantivo de las mujeres candidatas, constituyendo esta discriminación una de las principales causas para que continúe el bajo índice de participación de la mujeres en el sistema político electoral dominicano.

Adicionalmente, diversas mujeres políticas se quejan de las escasas oportunidades que existen en sus partidos para la promoción política (por ejemplo, que ningún partido destina recursos especiales para apoyar candidaturas de mujeres en los procesos de selección interna en las primarias, ni en las elecciones generales). Por otra parte, a pesar de que los partidos han realizado primarias en los últimos años, los órganos directivos de los partidos se reservan un segmento importante de candidaturas, sobre todo para garantizar posiciones a las figuras más destacadas que desean repetir en las posiciones de senadurías, diputaciones y sindicaturas (muchos son hombres), o para acomodar las alianzas con partidos minoritarios, donde también predominan los aspirantes masculinos.

Por esas razones, es importante reflexionar en torno al desarrollo de una campaña electoral con-sin financiamiento público y-o incentivos económicos, ya que la tendencia a otorgar financiamiento público a los partidos, surgió a medios del siglo XX, con el objetivo de liberar a los partidos de compromisos con aportantes externos que podían pedir favores a cambio de los aportes a las campañas políticos. Visto desde esa óptica considero favorable garantizar los recursos con el apoyo del financiamiento público a los partidos políticos, y sobre todo, desde una visión con perspectiva de género, ya que la efectividad de la participación de la mujer a través del sistema de cuota o la paridad solo será posible si logramos un sustantivo acceso a los recursos del partido, un cambio de cultura política y de los estereotipos de género.

Para esos fines, consideramos que la etiquetación del gasto para las mujeres y la igualdad de género es una acción afirmativa importante y una estrategia para incorporar la perspectiva de género en el gasto público e implica trabajar en la etiquetación y el seguimiento adecuados del presupuesto para asegurar que los recursos tengan un impacto en la desigualdad y ayuden a acortar las brechas de género.

Consecuentemente, diversos estudiosos de la materia político electoral afirman que sin recursos económicos la campaña no es efectiva, aunque no siempre gana quien más gasta o quien coloca mayor publicidad, sino él o la candidata que tiene una mejor imagen, o la habilidad y capacidad para producir noticias que interesen a la ciudadanía.

Puedo concluir el tema recomendando implementar una gestión financiera con un control de ingresos y gastos sustentado con un plan financiero inclusivo, presupuestando cada actividad de acuerdo a las necesidades de ambos géneros.

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