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Lo malo de las redes sociales

“Todos los que utilizamos los medios de comunicación masiva, damos forma a la so­ciedad. Podemos hacer vulgar a esa sociedad, embrutecerla o ayudarla a elevarse a un nivel superior.” Bill Bernbach

El día que las re­des sociales puedan desha­cerse de los cre­tinos, de los vul­gares, de la banalidad, de la vileza, de los desorejados, es decir, el día que pueda pur­garse de las escorias, ese día las redes sociales tendrán otra valoración para muchos de los que hoy la desprecian.

Porque ese día no tendrá mayor visualización la mi­seria humana que la filan­tropía. En las redes sociales todo es posible : desde la vi­da perfecta hasta el insulto más soez; desde el altruismo más ejemplarizante hasta la bajeza más perversa; desde los actos más nobles hasta la peor ruindad.

Esa es la razón por la que muchos les temen a las re­des sociales. Por esa facilidad que las mismas brindan para dañar, para calumniar, para destruir prestigios bien gana­do; en fin, para derrumbar méritos y sitiales obtenidos con sacrificio y trabajo.

Hay mucha bellaquería gratuita en las redes sociales y poco castigo contra el in­fundio. A veces, desde per­files falsos, se cuelgan infor­maciones creadas solo con el propósito de lastimar.

Las redes sociales se han convertido en un cuco pa­ra la moral y la integridad de la gente. Las calumnias y la ruindad son el menú coti­diano de muchos. Se trata de gente que utiliza esta formi­dable herramienta solo co­mo un pasquín donde vaciar sus bajos instintos. Recien­temente una institución de servicio se vio afectada por­que alguien o alguienes su­bieron una queja y su efecto se multiplicó como verdo­laga, pero subsanado el in­conveniente en un brevísi­mo tiempo, ninguna de las personas que externaron sus quejas, posteriormente reseñaron la manera ágil y eficiente en que se corrigió el inesperado problema. El daño se viralizó, pero la so­lución, no.

Lo malo rueda más que lo bueno en redes sociales. Fá­cilmente la gente le pone to­da su atención al video de un abusador misógeno que em­puja y golpea a una dama, que a un trozo del mensaje del papa a principio de año.

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