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EN LA DIANA

Panorama calificación riesgos

Primer Tiro Desde el 24 de noviembre (fecha del aumento de la Tasa de Política Monetaria, TPM, del Banco Central) hasta el 9 de diciembre, el precio de toda la deuda pública se redujo en 2.98%, lo que significa que el rendimiento demandado por el mercado en la compra de los títulos de dicha deuda, aumentó en la misma proporción. Entre el 24 de noviembre y el 16 de diciembre el desplazamiento vertical de la curva de rendimiento de los bonos del Ministerio de Hacienda fue de 58 puntos básicos.

El traspaso desde la TPM a las curvas de rendimiento y a las demás tasas de interés no se ha completado, pero debería esperarse un aumento en la demanda de rendimiento de al menos 100 puntos básicos, que fue lo demandado a la nota a tres años del Banco Central.

El costo de la deuda publica ha aumentado, incrementando el gasto en intereses por encima de lo presupuestado. Si adicionalmente se toma en cuenta que el aumento en la tasa de interés reduciría el consumo y la inversión privada (lo que reduce base impositiva), se debe concluir que el efecto del retiro de la flexibilización monetaria sobre el balance fiscal será muy negativo.

Segundo Tiro Parece necesario, quizás muy necesario, reiterar que no es posible mantener el alto ritmo de crecimiento que permitió recuperar, en muy poco tiempo, el ingreso y los empleos perdidos durante la pandemia. La tasa de interés requerida para mantener la demanda de la deuda pública, y para contener las expectativas devaluatorias e inflacionarias, no es compatible con la demanda interna necesaria para que la tasa de crecimiento se mantenga en la vecindad de la potencial. Pero hay que tomar en cuenta que la inversión extranjera y las exportaciones podrían ser los nuevos aceleradores del crecimiento.

El Gobierno ha logrado colocar el país en la lista de los principales destinos de la inversión extranjera, y la crisis de suministro catapulta la atractividad del Nearshoring y del Hub Logístico, en los cuales el país tiene ventajas comparativas, aunque la aceleración del proceso de reformas pendientes es una condición necesaria para su aprovechamiento.

Tercer Tiro Las calificadoras de riesgos revisaran la calificación y las perspectivas de los riesgos dentro de 18 meses. Durante ese periodo de tiempo la política monetaria tiene que asegurar un fuerte anclaje de las expectativas de inflación y devaluación, pero manteniendo la flexibilidad suficiente para que el tipo de cambio refleje las condiciones externas y el nivel de la tasa de interés local.

Pero sin una hoja de ruta de la reforma fiscal, y sin avances significativos en el diseño y ejecución de las demás reformas requeridas por la competitividad y la sostenibilidad, será extremadamente difícil mantener la calificación y las perspectivas de los riesgos, pues en ese lapso de tiempo, la mejoría en el déficit fiscal y la reducción de la deuda publica consolidada registrada durante el año que finaliza, habrán desaparecidos. Mantener la demanda de los títulos de la deuda publica y fijar las expectativas de devaluación e inflación son resultados que se pueden mantener durante el citado plazo, pero el Fantasma del Riesgo de la Insostenibilidad seguirá rondando.

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