La falta de educación es un naufragio

En enero de 2019, una bromeaba en las redes diciendo: “Ayer se cayó el Internet. Tuve que hablar con mi familia. Parecen buena gente”. En marzo llegó el coronavirus e hizo realidad el chiste malo.

Entre las víctimas del Covid-19 pudo estar el año escolar 2020-2021, pero no ocurrió así gracias a una iniciativa que en semanas diseño y puso en ejecución un modelo de educación virtual convergente que a través de canales, emisoras y cuadernillos, llevó la enseñanza a cada rincón del país con o sin conexión a internet.

Gracias a esa iniciativa, esfuerzos y recursos del Minerd y el apoyo y la voluntad política del presidente Luis Abinader, hoy el panorama está más claro, conocemos ya nuestras prioridades y urgencias.

Por ejemplo, ya sabemos que para lo que tiene que ver con la educación pre-universitaria, eliminar la brecha digital, que haya internet en cada centro de estudios del país, es algo innegociable; que la entrega de dispositivos debe continuar y mantenerse.

Como sabemos también que la educación preuniversitaria debe ser presencial, porque lo virtual remite a la transmisión de información, no a esa otra educación que implica convivencia, socialización y disciplina, tan fundamentales para la formación de los ciudadanos que esta sociedad aún no ha podido crear. Pero ya, por lo menos, sabemos el camino.

Los dominicanos tenemos un porqué y tenemos el cómo. Un nuevo modelo ha sido diseñado y se está aplicando, pero en el centro queda pendiente la capacitación de nuestros maestros que son el elemento fundamental del proceso. Como enseña el maestro, aprende el alumno. (Nostalgia del profesor McKinney, con perdón, Miguel Antonio).

Al país le urge eliminar la brecha digital y afinar la capacitación a los docentes, quienes deben ser evaluados en su desempeño para, solo a partir de esos resultados, premiar o tomar las medidas correctivas necesarias.

Con la calidad de la educación no se puede jugar. Ella está por encima de gobiernos, presidentes, ministros, partidos, sindicatos y hasta de la María Magdalena !y eso es mucho decir!

El Covid nos marcó el camino. Alertó nuestras urgencias. Por eso, el Minerd, los padres en defensa de sus hijos, y los auténticos maestros que sí existen y son la inmensa mayoría, entre todos, tienen que hacer lo que tengan que hacer por la educación de sus hijos o alumnos.

La falta de educación es un naufragio.