Colaboración

A Johnny

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Juárez Víctor Castillo SemánSanto Domingo

Al escribir estas líneas sobre ti, en estos tristes momentos, amigo Johnny, trato con toda humildad, y consciente de que resultarán pocas las palabras, de expresar, desde la más alta admiración, los desbordados sentimientos de toda una Nación, que hoy llora tu súbita partida terrenal.

No sólo fuiste tú un motivo de permanente e inmensa alegría para ella, por tantos años, sino su legítimo orgullo y el referente incontenible de sus propias e incomparables virtudes.

Aunque la armonía que se entreteje en la música fue tu lenguaje; el ritmo y la cadencia, tu inconfundible ademán, era de lo más profundo de tu pueblo, el mensaje; de su esforzado día a día, de sus duros avatares, de su empinado destino, de alegrías y sus penas , de sus estampas más intimas, de su heroico existir.

Décadas de energía interminable, de imponente dignidad, como ejemplo de talento, de incansable trabajo y preparación, de cálida solidaridad humana, de espontánea bohonomía, de sano optimismo, de inclaudicable esperanza, dejan desde ya, por sobre la enorme tristeza nacional, una estela luminosa de cariñosa nostalgia.

Porque también era tu espiritu realmente incontenible, más allá de la nota y del gesto musical. Y por eso estabas ahí, siempre, cuando la Patria lo necesitó. En sus aciagas y más dramáticas circunstancias, ahí estabas, con tu pecho valiente, henchido de amor por ella y flamígera tu mirada, llena de firmeza, decision y fe. Eras la voz incoercible de tu pueblo, no importando cuán duros fueran los tiempos.Siempre –fuiste su voz– en esa dimensión también.

Por eso es muy triste el día, muy honda y unánime la pena, no sólo para aquellos muchos que tuvimos el privilegio de conocerte, tratarte y compartir contigo, sino de toda tu Nación, cuyo pesar trato muy humildemente de traducir en estas letras.

Fuiste no sólo el alegre ruiseñor del pueblo, sino su compañero fiel y su indómito guerrero.Fuiste montaña de su valor y paradigma de su decoro. Por eso, aunque hoy hayas partido al encuentro y a la Paz Eterna de Nuestro Señor Tododopoderoso, tu recuerdo y tu ejemplo quedará perennemente grabado, con letras doradas, en el corazón de tu venerado pueblo y con pétalos de rosa, en el alma de tu amada Patria... Descansa en Paz, amigo.

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