Con vacunación vamos a la normalización

Aunque se han aliado contra la vacunación los que rechazan la ciencia y los que ven el Diablo al doblar la esquina, cada día son más los que están conscientes de que volver a la normalidad depende precisamente de la inoculación de las vacunas.

Las autoridades informan que el ritmo de vacunación se acelera. Ya vacunan hasta los niños que numerosos engrosaron las filas de los centros de vacunación y, aunque con miedo o a regañadientes, enfrentaron el reto que ahora es una anécdota. Eso me consta.

Esto es contrario a la dolorosa realidad de saber que el Covid19 se ha llevado la vida de algunos adultos negados a ser vacunados. La mala propaganda contra las vacunas en alguna medida ha afectado el deseo del país, de salir de este trance con la menor cantidad de víctimas.

Ya hemos olvidado cuando estábamos encerrados y aislado de todos, con la tragedia golpeándonos en amigos y familiares. Se decía que no sería posible que hubiera una vacuna en tan corto tiempo como un año, pero la vacuna llegó y ya hemos pasado al nivel de blasfemar contra los que no se inoculan.

Tirando la mirada un par de meses más adelante, con la mayoría de la población vacunada, contemplaremos una población viviendo el estilo de vida que añoramos luego de pasar par de años afectados por la pandemia. Muchos nos preguntamos cómo será la recomposición social con tantos empleos perdidos y nuevas formas de trabajar que ahora son la norma.

Pienso en Ciudad Nueva de 1965, después de la Guerra de Abril, la gente salía de noche a las calles iluminadas porque se podía caminar con menos riesgos.

¿También me pregunto qué planes anunciara el gobierno para relanzar el país a la recuperación y cómo se pagarán las deudas de esta guerra sanitaria? Seguramente que las autoridades elaboran planes porque no dejarán que el Covid 19 se esfume como llegó sin que nadie se apercibiera.

Y no tengo espacio para pensar cómo estaría el país si el gobierno no hubiera comprado las vacunas.