Biden y Cuba

El régimen de La Habana está desesperado. Pretende que Biden, cuando comience a gobernar, le saque las castañas del fuego. Venezuela está en la lona. La crisis no tiene fin y se agravará con cada día que pase. Las relaciones con Rusia no son buenas. Cuba no tiene dinero para pagarle a Moscú las obligaciones a las que se había comprometido.
El problema coyuntural es la pandemia, pero el problema de fondo es el sistema. No funciona. No ha funcionado nunca en ninguna latitud ni con cualquier tipo de líderes. Sencillamente, si se trata de crecer e innovar, no hay sustituto para el sistema de propiedad privada y mercado. Los chinos y los vietnamitas lo han demostrado otra vez. Es cierto que no tienen regímenes democráticos, y eso es una gran calamidad, pero al menos tienen desarrollo. Cuba carece de desarrollo y de libertades y quiere que otros le financien el desaguisado.
No creo que Biden muerda el anzuelo. Por lo pronto, tiene dos mensajes contradictorios sobre la mesa. Uno es de John S. Kavulich, el más viejo de los lobistas pro Cuba en Estados Unidos, en el que le promete el oro y el moro si levanta el embargo y las sanciones impuestas por Trump, y le propone 15 nombres de otros tantos personajes de las finanzas o la política americana para servir de embajadores en Cuba, que deben ser más “negociadores” que diplomáticos.
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