CONTANDO LOS HECHOS
Transparencia Vs. impunidad
Al acercarse a los 100 días este nuevo gobierno de Luis Abinader, repito el título y el párrafo centrar de un artículo anterior. En estos tres meses y pico, el Presidente Abinader ha mostrado que su estilo y forma de actuar no se parece a ninguno de nuestros mandatarios anteriores. Que su modelo refleja parte de lo que los nuevos tiempos requieren hoy en día, a saber: apertura hacia el mundo exterior, poco tiempo en su despacho y mucho tiempo en interacción con actividades, instituciones, grupos y personas ligados a los principales hechos del acontecer nacional.
Dispuesto a conversar, a explicar y hasta a corregir inmediatamente situaciones que lo ameritan. En todo esto, indudablemente que se ha producido un cambio. Al fin y al cabo solo estamos en los innings de un juego a nueve entradas. Casi el juego entero está por delante.
“Si revisamos la cultura dominicana inmediatamente después de la dictadura hasta el día de hoy, encontraremos que nos hemos acostumbrado a recibir sueldos bajos de parte del Estado y a “buscarnos” lo que falta, de cualquier manera posible, y hemos hecho una maestría en esa especialidad. De ahí que le resulta muy difícil a un presidente, como en este caso Luis Abinader, cumplir con el propósito de lograr la transparencia y eliminar la impunidad.
Hay algunos pasos, como la independencia del Ministerio Público que ya se han iniciado, se esperan otros inminentes. Luce que el Señor Presidente va a necesitar no solo a sus más capaces técnicos en economía y ámbito jurídico, sino también, a uno que otro zorro político con sobrada experiencia que lo ayude a transitar el tortuoso camino por delante ante adversarios que tienen sobrada capacidad de respuesta”.
Los países, en sentido general siempre tienen sus necesidades de crecimiento y mejoría, especialmente en las áreas de salud, economía, educación y vivienda. Hoy en día, por encima de todo está la atención al virus Covid-19 que afecta el diario vivir en todas sus facetas. Si algo debemos jerarquizar en el presupuesto actual y el del próximo año es lo que tiene que ver con la ayuda social que necesita la gente para sobrevivir, si el virus mismo no se los lleva. Deberemos sacrificar una que otra inversión para atender el cuidado de la gente en lo que la pandemia cede después que llegue la vacuna.