Santo Domingo 25°C/25°C few clouds

Suscribete

CONTANDO LOS HECHOS

El fenómeno Trump

Sin lugar a du­das, podría de­cirse que el ad­venimiento de Donald Trump a la presidencia de USA en el 2016 tuvo el efecto de revo­lucionar los patrones políti­cos que a nivel presidencial se habían dado en esa na­ción. Sin ninguna experien­cia previa en ese campo, pero con un magnetismo y carisma personal especial, junto al manejo de los esce­narios, tanto de la televisión como del público en vivo, se mostró desde el principio como un encantador de ser­pientes.

Por su estilo desenfada­do, su irrespeto a normas y reglas y su desdén por los representantes de los me­dios de comunicación, co­menzó a ser descartado desde el principio como un contendiente serio dentro del grupo de pretendien­tes a la candidatura por el partido Republicano. Los fue eliminando uno a uno hasta que para el asombro de muchos se convirtió en el candidato de su parti­do. Hillary Clinton por su parte, parecía tenerlas to­das consigo. Tenía las sim­patías de las mayorías por haber sido Primera Dama, Secretaria de Estado en el gobierno de Obama y se le tenía un dejo de compa­sión por su estoica conduc­ta ante el caso de Mónica Lewinsky. De hecho Hilary sacó casi tres millones de votos más que él. El par­ticular sistema de votación por delegados echó de la­do esos votos y seleccionó a Trump.

En el ejercicio del poder, Trump ha sido lo más pare­cido a un presidente latino­americano, especialmente los que de fácil recordación, llamaban la atención por la aparatosidad en su estilo y su accionar. Seguro que us­tedes recordaran algunos de aquí, allí o allá. Gene­ralmente, ese tipo de go­bernante no resulta reelegi­do, como acaba de suceder con Trump. Ante reclamos de perdedor recordamos al campesino dominicano: Después del palo dao….

Parecía que a Dominica­na le convenía la perma­nencia de Trump por va­rios factores, incluyendo el hecho de que él cono­cía el país y el gobierno del presidente Abinader dis­pone de un vínculo direc­to a la Casa Blanca a través de su abogado personal, Giuliani. Lo que nos toca ahora es evaluar las venta­jas comparativas que ten­dremos a mano, como el caso del representante Adriano Espaillat, recién reelecto y el presidente del partido Demócrata Tom Pérez, de origen domini­cano y a quien se le augu­ra una posición de princi­palía en el gobierno de Joe Biden.

Resulta fácil concluir que más que Joe Biden, a Do­nald Trump lo noqueó el COVID-19.

Tags relacionados